VIAJE DE GRADUACIÓN
Y TU HIJO QUE ELIGIÓ?…FIESTA O VIAJE DE GRADUACIÓN?
Hace un par de semanas, me visitó en consulta, una madre de familia, muy angustiada, y llorando desconsolada, porque su hija le dijo, que si no le daba autorización para irse al Viaje a la Playa de fin de estudios de Preparatoria, la “odiaría” toda la vida…!!
Luego de tranquilizarla, le pregunte su respuesta a tal amenaza, que por firme que sea, tambalea a cualquier padre de familia!.
Ella le firmó la autorización. El temor de ser odiada por su hija, y su rechazo e indiferencia hacia ella, a pesar de estar en contra del viaje, terminó con un –“Si te dejo ir”!! y un cálido y fuerte abrazo de ambas.
Ahora, la mamá ha perdido el control, después de ese permiso, su hija, no pide, exige y se va a toda fiesta, pues la primer ventana que se abrió dejo lugar a las siguientes oportunidades.
Además no hubo condiciones, advertencias, ni reglas antes del viaje.
Apreciables lectores, recuerdan? era muy común entre los estudiantes de Preparatoria, y algunas escuelas Secundarias, que al finalizar sus estudios, y si era un Colegio Católico o Religioso, primeramente, en algunas, había una Celebración Eucarística para primeramente dar gracias a Dios por la etapa que terminaba, después se organizaban los directivos y maestros en acuerdo con sus padres y los mismos estudiantes, de reunirse con sus compañeros para celebrar su graduación, compartiendo una comida, un convivio o uno o varios días de sana diversión en algún balneario, supervisados, acompañados y APROBADOS por padres o profesores..
Ahora, es solo a los alumnos, a quién las Agencias de viaje les exponen los paquetes atractivos que incluyen varios días en la playa,( aún sin que sean revisados por los padres) quienes además no se atreven a exigir conocer el “plan para no evidenciar y avergonzar a los hijos y sean rechazados o llamados “loser” (perdedores)
.
Estos paquetes, no son una diversión sana siempre, entre otras cosas, incluyen “barra libre de bebidas nacionales”, visitas a “antro”, after, etc. Y los padres de familia, ciegamente, incluso les damos a elegir, entre fiesta o viaje para “premiarlos”, o ambas cosas y porque merecen estar contentos, además, porque están en edad de disfrutar, “ahora que son jóvenes”.
Papás, abran los ojos!, esos paseos se han convertido en una serie de parrandas con excesos y sin control y sin la supervisión necesaria de los profesores, en los que se les permite a los jóvenes que hagan todo lo que los divierta, este bien o mal.
Es bueno que confiemos en la formación que les hemos dado a los hijos, y no es cuestión de bondad o maldad, pero no olvidemos que a esa edad, son inmaduros y vulnerables, capaces de tomar riesgos muy serios, buscan emociones nuevas, y actúan antes de pensar en las consecuencias, por lo que a veces caen en conductas para desafiar el peligro.
Lamentablemente esos viajes solos, no tienen otro objetivo que estar reunidos sin más propósito que el de parrandear a rienda suelta y todo esto cuando todavía no tienen autocontrol.
No tienen la responsabilidad y la madurez suficiente para reconocer las consecuencias y trascendencia que pueden tener sus actos. Si la mayoría lo hace, aunque ellos no lo planeen, no se quedarán solos encerrados en su habitación.
Amar a los hijos es decir NO, cuando implicar un serio peligro para ellos.
Por el contrario, No los amamos lo suficiente cuando consentimos que ellos participen en experiencias que pueden atentar contra su integridad física, emocional o moral.
Si esto piden y se les concede ahora, que pedirán cuando terminen su carrera.
Recordemos que buenos padres no son los que les dan todo para que nada les falte o para que nos quieran o nos acepten siempre, sino quienes tenemos la valentía de ejercer con amor los límites de ser verdaderos padres!
ADRIANA OLVERA MEDINA
MAYO 2016
Iglesiaehistoria.com | Querétaro, México | 2017
Todos los Derechos Reservados