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Papas Santos de la Iglesia No somos seres humanos con una experiencia espiritual, somos seres espirituales con una experiencia humana. Pierre Teilhard de Chardin

SAN MARCOS

Papa de 336 a 336

 

Marcos de Ostia fue consagrado papa el 18 de enero de 336 y murió el 7 de octubre de ese mismo año. La fecha de su nacimiento es desconocida. Se dice que era romano, de Ostia, pero poco se sabe de su vida antes del obispado.

 

La carta de Constantino I el Grande convocando a una conferencia de obispos para la investigación del problema donatista está dirigida al papa Melquíades y a un tal Marcos. Obviamente, este Marcos era un miembro del clero romano (sacerdote o diácono) y, posiblemente, el mismo quien luego fuera designado papa.

 

Respecto a su actuación ante la problemática arriana, que afectaba profundamente a la iglesia de Oriente por aquel entonces, nada ha trascendido.

 

Dos constituciones son atribuidas al papa Marcos. Según la primera, Marcos invistió bajo palio al obispo de Ostia, y le autorizó para hacer lo mismo con el obispo de Roma. La investidura se instituyó en costumbre a finales del siglo IV, por lo que es posible que el papa confirmase el privilegio del obispo de Ostia, pero que ésta ya vienese aplicándose.

 

A este papa se le atribuye la construcción de dos basílicas. Una de ellas fue construida dentro de Roma, en la región Juxta Pallacinis, que es la actual iglesia de San Marcos. Se la menciona en el siglo V como una iglesia de título romana, así que su fundación puede atribuirse a Marcos sin dificultad. La otra estaba fuera de la ciudad; fue una iglesia cementerio, que el papa construyó sobre las catacumbas de Balbina, entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina. Recibió del emperador Constantino terrenos y mobiliario para ambas basílicas.

 

Marcos fue enterrado en las catacumbas de Balbina, donde había construido la iglesia.

 

 

JULIO  I

Papa de 337 a 352

 

Julio nació en Roma (280?- 352). su padre se llamaba Rústico.

 

El papa Julio I mantuvo conflictos con los arrianos. Confirmó en su puesto a dos obispos cristianos a quienes los arrianos habían hecho abdicar. En el otoño de 341, Julio convocó un concilio al que asistieron 50 obispos con el propósito de pronunciarse de nuevo en contra del arrianismo y condenar a quienes deponían obispos a su antojo. Acogió al patriarca de Alejandría, san Atanasio, expulsado por los arrianos. Custodió valientemente la fe del Concilio de Nicea, defendió a san Atanasio, perseguido y exiliado, y reunió el Concilio de Sárdica.

 

Eusebio de Nicomedia, Patriarca proarriano de Constantinopla, envió una embajada a Roma solicitando del papa la convocatoria de un sínodo. Por su parte, Atanasio, -recuperadas ya sus facultades de gobierno, reunió un importante sínodo y mandó al papa las actas que condenaban decididamente el arrianismo y una más explícita profesión de fe católica.

 

Julio, informado por ambas partes, convoca el sínodo pedido por los arrianos. Pero estos no envían representantes y siguen cometiendo tropelías. Muere Eusebio y le sucede Acacio en la línea del arrianismo. Otro sínodo arriano vuelve a deponer a Atanasio y nombra a Gregorio de Capadocia para la sede de Alejandría.

 

El papa recogió en Roma a los nuevamente perseguidos y depuestos obispos con Atanasio a la cabeza. Como los representantes arrianos seguían sin comparecer, Julio  envió pacientemente a los presbíteros Elpidio y Filoxeno, con un resultado nulo en la gestión, porque los arrianos seguían rechazando la cita que pidieron.

 

En el año 341 se llevó a cabo la convocatoria del sínodo al que no quieren asistir los arrianos por más que fueron ellos los que lo solicitaron; ahora son considerados por el papa como rebeldes. En esta reunión de obispos se declaró solemnemente la inocencia de Atanasio; el papa mandó una encíclica a los obispos de Oriente comunicando el resultado y añadió paternalmente algunas amonestaciones, al tiempo que mantenía con claridad la primacía y autoridad de la Sede Romana.  Los arrianos se mostraron rebeldes y revueltos; en el mismo año 341 convocaron otro sínodo en Antioquía que reiteró la condena a Atanasio y en el que se manifestaron anti-nicenos.

 

A la muerte de Constantino I el Grande, el imperio se dividió entre sus tres hijos, uno de ellos, Constantino II, pronto desapareció de la historia y quedaron como emperadores sus otros dos hijos, Constancio II, en Oriente y Constante en Occidente. Mientras que Constante era cristiano, Constancio era arriano.

 

En 350, Constante fue asesinado y el Imperio se reunificó bajo el mando de Constancio. El emperador desató entonces una terrible persecución contra la Iglesia.

 

Julio I fijó para la Iglesia de Occidente la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, en vez del 6 de enero, junto con la Epifanía. Tomó esta fecha porque, en el calendario juliano, el solsticio de invierno ocurría en ese día, siendo este acontecimiento festejado por muchos pueblos del Hemisferio Norte como un nuevo renacer del ciclo de la vida.

 

Constancio y Constante se mostraron propicios a apoyar las decisiones de un encuentro de obispos arrianos y católicos. El lugar designado fue Sárdica; el año, el 343; el presidente Osio, obispo de Córdoba, consejero del emperador. El papa envió también por su parte legados que le representaban.

 

Las cosas se complicaron. Los obispos orientales arrianos llegaron antes y comienzaron por su cuenta renovando la exclusión de Atanasio y demás obispos orientales católicos. Más tarde, llegando los legados que dieron legitimidad al congreso, se negaron a tomar parte en ninguna deliberación, apartándose del Concilio de Sárdica, reuniendo otro sínodo en Philipópolis, haciendo allí otra nueva profesión de fe y renovando la condenación de Atanasio. El bloque compacto de obispos occidentales siguió reunido con Osio y los legados.

 

Celebraron el verdadero Concilio que declara la inocencia de Atanasio, lo reconsideraron en su cargo, hacieron profesión de fe católica y excomulgaron a los intrusos rebeldes arrianos. Como conclusión, se mantuvo la firmeza de la fe de Nicea, reforzándose así la ortodoxia católica.

 

 

SAN  LIBERIO

Papa de 352 a 366

 

Ocupó el solio pontificio del 352 al 366. Sucedió a San Julio I y su sucesor fue San Dámaso. Excomulgó a San Atanasio, porque no quiso presentarse en Roma a responder a sus acusaciones; pero después levantó el anatema, y como se resistiera a condenar de nuevo a aquel patriarca, fue desterrado por el emperador Constancio y reemplazado por el diácono Félix. El emperador ordena entonces relegarlo a Berea de Tracia e hizo nombrar un papa en Roma llamado “Félix II”. Este era un antipapa.

 

La heterodoxia de Liberio se ha citado frecuentemente como argumento contra los que sostenían la infidelidad del papa. Liberio se distingue al contrario por su lucha contra el arrianismo, lo que le valió ser exiliado de Roma por el emperador arriano. Lejos de excomulgar a Atanasio, le defendió por el contrario de sus adversarios.

 

Liberio asciende al trono pontificio y algunos meses después arribaban a Roma dos diputaciones: una, enviada por los obispos de Oriente, para entregar al papa una requisitoria contra el obispo de Alejandría; la otra llegó a hacer, en nombre de todos los obispos de Egipto, la apología del mismo personaje.

 

 ¿Qué hizo Liberio? Convocó un concilio en Roma, hizo leer las cartas de los Obispos de Oriente y las de los obispos de Egipto, escuchó a las dos partes, y, conociendo la causa, clausuró los debates y declaró la acusación hecha contra Atanasio desprovista de todo fundamento.

 

El obispo Osio guardó la fe hasta la edad de 90 años, después suscribió una fórmula arriana bajo coacción. Su caída hizo gran ruido.

 

Si Liberio hubiera tenido una caída parecida, el escándalo hubiera sido todavía más grande y su memoria hubiera sido censurada para siempre. Sin embargo, Liberio gozó de un renombre excepcional, incompatible con una pretendida caída, recalcada con expresiones de personalidades notables:

 

Siricio lo veía como uno de sus más ilustres predecesores.

San Basilio lo llamó “bienaventurado, muy bienaventurado”.

San Epifanio “pontífice de feliz memoria”.

Casiodoro se expresó así:  “el gran Liberio, el muy santo obispo que sobrepasa a todos los otros en mérito y se lo encuentra en todo uno de los más célebres”.

Teodoreto dijo de Liberio:  “el ilustre y victorioso atleta de la verdad”;

Zócimo “hombre poco común bajo cualquier aspecto que se lo considere”;

Lucius Dexter “San Liberio”;

San Ambrosio “santo, muy santo obispo”

 

Los arrianos falsearon escritos de San Atanasio, de San Jerónimo, de San Hilario y de San Liberio mismo.  Que Liberio cayera en la herejía arriana y que haya excomulgado a Atanasio es una invención instrumentada por los falsarios arrianos.

 

Si realmente armonizó con los herejes, si condenó a Atanasio, o aun si negó al Hijo de Dios, fue una debilidad humana momentánea, que no compromete al papado más que la negación de Pedro.

 

El antipapa Félix II, a pesar de adherirse a la fe de Nicea, mantenía relaciones con los arrianos. Por esta razón era detestado por los fieles de Roma y su iglesia estaba vacía, Cuando Liberio regresó, la recepción hecha por el pueblo fue triunfal.

 

Liberio condenó los conciliábulos herejes de Tiro, de Arlés, de Milán y de Rimini:  nueva muestra de su ortodoxia.

 

Liberio mandó construir la basílica de Santa María la Mayor, en el Esquilino, en un lugar por una prodigiosa nevada entre el 3 y 4 de agosto. Liberio muere en 366 y está enterrado en las Grutas Vaticanas.

 

TOMADO  DE:

ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Marcos

http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Marcos

http://www.es.catholic.net/op/articulos/32063/julio-i-santo.html

http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1200

https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_I

http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/julio_i.htm

http://www.evangelizafuerte.mx/2014/04/san-julio-i-papa-12-de-abril/

https://forocatolico.wordpress.com/liberi/

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=liberio-papa-y-santo

http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_Liberio

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Un Areópago del siglo XXI