PROFESIÓN… MAMÁ
A inicios del Mes de Mayo los medios de comunicación y las redes sociales nos han recordado de mil maneras lo valioso que es el Don de la Maternidad, recibimos felicitaciones si aun gozamos en vida de esa Bendición y de igual manera nos felicitamos también, pues es inevitable reconocer que es uno de los Amores más grandes, más presentes y más incondicionales que existen sobre la tierra.
Curiosamente esos mensajes además de conmovernos y hacernos muy felices, nos invitan a evaluarnos y preguntarnos si también, quienes somos madres de familia, estamos dando lo suficiente o estamos dejando algo de hacer. Y en esa lucha diaria e incansable de nuestras vidas, hemos dejado de abrazar y acariciar con nuestras manos y con la mirada a nuestros hijos, esas caricias que cuando las recibimos de ellos, transforman nuestra existencia!
Ciertamente, lanzar una mirada dulce, es un tipo de caricia, pero nada comparado al contacto físico entre madres e hijos. Últimos estudios psicológicos nos indican que la falta de suficientes caricias tiene un efecto perjudicial sobre los hijos, pues desde bebés, tenemos la necesidad de ser tocados y reconocidos, por ambos padres, pero sobre todo, por nuestra mamá con quien se crea el primer vínculo de aceptación, pertenencia, de nutrición y protección!
Es ella justamente quien a través de esas primeras caricias estimulan la química corporal de los hijos para que se desarrollen emocionalmente sanos, pues el hijo que las recibe siempre va sintiéndose bien, y si es genuina, desarrollan actitudes positivas hacía sí mismos y hacia los demás!
Es justamente y regularmente ella la que nos enseña el orden en las habitaciones, las primeras labores de casa, la que nos espera con una sopita caliente llegando de la escuela, la que nos hace las coletas o el trenzado a las hijas, es ella la que cura los corazones quebrantados ante los primeros desengaños de los amigos y de esos amores de colegio. Indudablemente que hay muchos roles que juega una mamá dentro de la familia y que solo ella pone el toque femenino que fortalece también, al igual que los roles del padre de familia, nuestra Identidad Psicosexual.
Todas las madres, también asumimos inquebrantablemente la tarea de formar hijos íntegros y más humanos, y aunque no es fácil, es un factor importante del rol que desempeñamos, el contacto cercano, pues es donde se aprenden las primeras relaciones afectivas, el amor, el perdón, la solidaridad, la honestidad, la ternura y la caridad hacia los demás.
No perdamos de vista que parte de nuestra Misión de Vida, es eso precisamente, poner todo a nuestro alcance para educar y formar personas que sean sensibles y aprendan de su madre lo que solo ella con su ternura podrá hacer estupendamente!!
Abracémonos más, Involucrémonos más, practiquemos más nuestro hermoso Rol de mamás, así estaremos preparándonos el día de mañana para ser unas encantadoras abuelas!!
ADRIANA OLVERA MEDINA
JUNIO 2015
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