SAN LINO, PAPA DE 67-76 Ó 78
SAN ANACLETO, PAPA DE 76-88
SAN CLEMENTE, PAPA DE 88-97
SAN EVARISTO, PAPA DE 97-105
San Lino, conocido también como Lino de Volterra, fue el sumo pontífice de la Iglesia católica entre el año 67 y el año 76 ó el 78. Conocido especialmente por tratarse del segundo papa de la Iglesia Católica y, por consiguiente, sucesor de San Pedro al frente de la Iglesia, Lino es todavía hoy un personaje enigmático debido a la escasez de la información sobre él conservada.
El término del pontificado de Lino, de acuerdo a las listas de Papas transmitidas a nosotros, duró sólo doce años. El Catálogo Liberiano muestra que duró doce años, cuatro meses y doce días. Las fechas dadas en este catálogo, 56 d.C. hasta el 67 d.C, son incorrectas. Quizás fue debido a estas fechas que los escritores del siglo IV opinaron que Lino había ocupado la posición de cabeza de la comunidad romana durante la vida del apóstol. Pero esta hipótesis no tiene base histórica. No hay duda que según los relatos de Ireneo respecto a la Iglesia Romana en el siglo II, Lino fue escogido para ser cabeza de la comunidad de cristianos en Roma, después de la muerte del Apóstol. Por esta razón su pontificado data desde el año de la muerte de los Apóstoles Pedro y Pablo, que, sin embargo, no se conoce con toda seguridad.
Se supone que Lino emitió un decreto "en conformidad con la ordenanza de San Pedro", que las mujeres debían tener sus cabezas cubiertas en la iglesia. Sin duda que este decreto es apócrifo, y copiado por el autor del “Liber Pontificalis”, de la Primera Epístola de San Pablo a los Corintios (11,5) y atribuida arbitrariamente al primer sucesor del Apóstol en Roma. La declaración hecha en la misma fuente, que Lino sufrió el martirio, no puede ser probada y es improbable. Pero entre Nerón y Domiciano no hay mención de ninguna persecución a la Iglesia Romana; e Ireneo (1. C., III, IV, 3) de entre los primeros obispos romanos, sólo designa al Papa San Telesforo como un mártir glorioso.
Fue, Lino, "el hombre probado" que, por santidad de vida y capacidad de gobierno, fue elegido por el mismo San Pedro para que le sucediera. Por tanto, fue un directo colaborador suyo y la estimación de que gozó en la comunidad romana fue muy grande si fue nombrado para regir la suerte de la Iglesia en un momento tan difícil.
Como San Pedro ciertamente fue enterrado al pie de la Colina del Vaticano, es muy posible que los primeros obispos de la Iglesia Romana fueran enterrados también allí. No había nada en la tradición litúrgica del siglo IV la Iglesia Romana que probara esto, porque fue sólo a fines del siglo II que se instituyó alguna fiesta especial para los mártires, y consecuentemente Lino no aparece en las listas del siglo IV de las fiestas de los santos romanos. Según Torrigio ("Le sacre grotte Vaticane", Viterbo, 1618, 53) cuando la presente confesión se construyó en San Pedro (1615), se encontraron unos sarcófagos, y entre ellos había uno que llevaba la palabra Lino. La explicación dada por Severano acerca de este descubrimiento ("Memorie delle sette chiese di Roma", Roma, 1630, 120) es que probablemente estos sarcófagos contuvieron los restos de los primeros obispos romanos, y que el que contenía esa inscripción era el lugar de entierro de Lino. Esta afirmación fue repetida más tarde por diferentes escritores. Pero de un manuscrito de Torrigio vemos que en el sarcófago en cuestión había otras letras además de la palabra Lino, por lo que podrían haber pertenecido a algún otro nombre (tal como Aquilino, Anulino). El lugar del descubrimiento de la tumba es una prueba de que no podría ser la tumba de Lino.
Dado que, la escritura del Libro de las Revelaciones de Juan ó Apocalipsis se sitúa alrededor del año 90, es evidente que, durante los años indicados del pontificado de Lino, Juan el Apóstol habría estado aún con vida y recibiendo revelaciones de Jesucristo, por lo que, el argumento de que un obispo no puede tener supremacía sobre un Apóstol, es fundamental para quienes no aceptan la sucesión de Pedro declarada por la Iglesia Católica.
SAN ANACLETO
El papa Anacleto, fue Obispo de Roma de los cristianos del año 76 al 89. En las fuentes históricas se atestigua que Anacleto fue sucesor de Lino o el tercer obispo de Roma. En algunos textos, como el Martyrologium Hieronymianum o el Liber Pontificalis, se distingue un Papa Cleto de otro Anacleto (que incluso habría sido Papa después de Clemente, con lo cual se tendría una sucesión del tipo: Lino, Cleto, Clemente, Anacleto) pero parecen más atendibles los testimonios más antiguos mencionados antes. Por ello, antes de la reforma litúrgica de 1960, la Liturgia Romana celebraba la memoria de dos papas: Anacleto el 13 de julio y San Cleto el 26 de abril.
Hoy la Iglesia en su catálogo de la sucesión apostólica sigue la lista y el orden ofrecido originalmente por Ireneo de Lyon en el año 180, y menciona solamente como a una misma persona a Anacleto también llamado Cleto. El nombre de Cleto forma parte del Canon Romano o Plegaria Eucarística I, siendo esta la forma más frecuentemente usada para llamar al tercer papa. Pero es innegable que hay mucha confusión acerca de su nombre. También su presencia en esa lista del Canon romano probaría que murió mártir.
Se requería un Pontífice tan grande en aquellos dificultosos tiempos de una Iglesia recién nacida y de una persecución tan universal. No hubo provincia tan remota en todo el Imperio romano, ni rincón tan escondido que no sintiese los efectos de la caridad de Anacleto y de su celo en las necesidades de los cristianos. A unos socorría con limosnas, a otros alentaba con cartas, y a todos dirigía y consolaba con paternales instrucciones. Aunque el rebaño era muy numeroso, a todos proveía el vigilante Pastor. Ordenó en Roma a 25 presbíteros, y no omitió medio alguno de cuantos podían contribuir al bien, aumento y propagación de la Iglesia.
Habían pasado 12 años que gobernaba la Iglesia, cuando Domiciano, enemigo de los cristianos, excitó contra ellos una de las más horribles persecuciones. Ejerció muchas crueldades contra los siervos de Cristo, cuyo nombre estaba resuelto a exterminar. A un mismo tiempo estalló la tempestad en todas partes: en un sólo día se contaron muchos millares de Mártires, y en todos los rincones del Imperio corrían arroyos de sangre de aquellos héroes cristianos.
Le honra como a su patrono y titular, la ciudad de Ruvo en la antigua Calabria, creyéndose en ella por antigua tradición que habiendo venido a ella Anacleto, viviendo todavía San Pedro o poco después de su muerte, siguiendo su carrera apostólica, convirtió a la fe a la mayor parte de sus vecinos, y fue su primer obispo o a lo menos su Apóstol, antes de ascender al sumo pontificado.
Anacleto fue arrestado y metido en una cárcel cargado de cadenas. La alegría que mostró, con admiración de todos, acreditaba el deseo que tenía de derramar su sangre por Cristo; pero la impaciencia con que estaba el tirano por verle acabar la vida, le ahorró muchos tormentos, siendo martirizado en Roma el l año 90. Se Conserva su cuerpo en la Iglesia de San Pedro en el Vaticano, y se muestran algunas de sus santas reliquias en las de San Pablo de Plaza Colonna.
SAN CLEMENTE
Clemente Romano o san Clemente I, fue un cristiano insigne de finales del siglo I, uno de los llamados Padres apostólicos por haber transmitido el «eco vivo» de la predicación de los apóstoles de Jesús de Nazaret. Fue obispo de Roma, de lo que ya dio noticia la lista de obispos compilada por Ireneo de Lyon, quien lo llamó el «tercero después de los Apóstoles» y le dedicó un espacio considerable. Se suele situar la elección de Clemente en el año 88 y su muerte en 97. En cambio, el Liber Pontificalis le asigna nueve años de episcopado en tiempos de los emperadores Galba y Vespasiano, y el martirio por la fe, mientras que la cronología de Eusebio de Cesarea (Historia eclesiástica III, 15) y la biografía que trazó Jerónimo de Estridón (Vir. ill. 15) sitúan su muerte en el tercer año del reinado de Trajano, es decir, en el año 101. Por su carácter de obispo de la «ciudad eterna», la Iglesia católica lo considera su cuarto papa.
Su identificación con el autor de la célebre Epístola a los Corintios cuyo nombre aparece en la inscriptio en todas las versiones de los manuscritos es opinión concorde y formulada ya en tiempos muy antiguos. Clemente habría gozado del trato con los apóstoles y recibido el elogio de San Pablo por la colaboración prestada a los filipenses (Filipenses 4:3).
En la Iglesia católica se lo venera como santo y mártir. En Roma existe una antiquísima basílica, la Basílica de San Clemente de Letrán, levantada sobre su tumba. Por ser cristiano fue desterrado por el emperador Trajano a Crimea, al sur de Rusia, y condenado a trabajos forzados a picar piedra con otros dos mil cristianos. Las actas antiguas dicen que estos le decían: "Ruega por nosotros Clemente, para que seamos dignos de las promesas de Cristo". Un día las autoridades le exigieron que adorara a Júpiter. Él dijo que no adoraba sino al verdadero Dios. Entonces fue arrojado al mar, y para que los cristianos no pudieran venerar su cadáver, le fue atado al cuello un hierro pesadísimo. Pero una gran ola devolvió su cadáver a la orilla. San Cirilo y San Metodio llevaron a Roma en el año 860 los restos de San Clemente, los cuales fueron recibidos con gran solemnidad en la Ciudad Eterna, y allá se conservan.
SAN EVARISTO
Los años de su pontificado varían según las fuentes. En la Historia Ecclesiastica se habla del 99 al 108. El Catalogo Liberiano aunque lo llama Aristus coloca su pontificado entre los años 96 al 108. Esta última cronología es la que adopta el Liber pontificalis. Así resulta el papa que clausura el primer siglo de la era cristiana.
Aparte de aparecer su nombre en la lista de Ireneo de Lyon, no se conoce nada de este obispo de la Iglesia de Roma. En el Liber pontificalis se menciona más información sobre el papa Evaristo que no ha podido ser comprobada: por ejemplo, que era griego, hijo de un judío nacido en Belén, que fue mártir y que sería el Papa que asignó los tituli a los presbíteros de la iglesia de Roma. Se dice además que habría presidido tres ceremonias de ordenación: 17 sacerdotes, 2 diáconos y 15 obispos. También instituyó un grupo de tres diáconos que debían velar por el mismo Papa y su predicación.
Siempre según el Liber pontificalis a su muerte fue enterrado en la colina Vaticana cerca de la tumba de San Pedro y la sede permaneció vacante durante 19 días.
A diferencia de sus predecesores, su nombre no aparece en el antiguo Canon Romano, lo cual indica que la ausencia de información sobre él se remonta a los primeros siglos de la historia de la Iglesia. Su condición de mártir está poco atestiguada. En el calendario romano elaborado en 1969 fue retirado de la lista de los mártires ya que se desconoce a ciencia cierta la fecha exacta de su muerte y su martirio.
La tradición indica que condenó la herejía de los docetas. Entre las Decretales pseudoisidorianas se encuentran cuatro cartas supuestamente escritas por el Papa Evaristo.
A San Evaristo se le atribuye también una cierta reglamentación de las solemnes ceremonias de la consagración de las iglesias, y que se inspiran en la dedicación del templo de Salomón, pero es una noticia que no tiene fundamento histórico.
Evaristo fue mártir, y este testimonio se encuentra también en el Martirologio Romano en el que se encuentra lo siguiente: «En Roma (se festeja) a San Evaristo, Papa y Mártir, el cual, bajo el emperador Adriano coloreó de púrpura con su sangre la Iglesia de Dios».
INFORMACIÓN TOMADA DE:
http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Lino#.U-VA9fl5MoM
http://www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=7207
http://www.oremosjuntos.com/Papa/SanAnacleto.html
http://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=625
http://www.magnificat.ca/cal/es/santoral/san_evaristo.html
http://ortodoxiacatolica.org.mx/2010/10/26/san-evaristo-papa-y-martir/ |