(40) SAN JUAN XXIII, PAPA DE 1958-1963
La extraordinaria bondad y simpatía de Juan le permitió ganarse la amistad y el respeto de gente muy diversa. Por ello con justicia mereció el calificativo de "el Papa bueno".
Tuvo un pontificado no muy extenso, pero dio a luz documentos muy importantes como:
a) sobre Eclesiología:
Gaudet Mater Ecclesia (1962)
Credo unam, sanctam, catholicam
Ecclesiam (1962)
b) sobre la Evangelización:
Princeps Pastorum (1959)
Ecclesia Christi lumen gentium (1962)
c) o bien acerca de la Convivencia social:
Ad Petri Cathedram (1959)
Mater et Magistra (1961)
Pacem in terris (1963)
Juan, respecto a la familia, expresó que "La familia es la primera célula fundamental de la sociedad humana"; "Es más fácil para un padre tener hijos que para los hijos tener un verdadero padre"; "Las madres y los padres detestan la guerra".
En Lombardía, Italia, el 25 de noviembre de 1881 nació un niño: Angelo Giuseppe Roncalli. Fue el cuarto hijo de un matrimonio de catorce. Su padre, Giovanni Battista Roncalli (1854–1935) y su madre, Marianna Giulia Mazzolla (1854–1939). El ambiente religioso de su familia y la vida parroquial bajo la guía del padre Francesco Rebuzzini, le proporcionaron a Angelo formación cristiana. En 1892, ingresó en el seminario de Bérgamo. En 1896 fue admitido en la Orden Franciscana Seglar por el director espiritual del Seminario de Bérgamo. Hizo una profesión de esa Regla de vida el 23 de mayo de 1897. Entre 1901-1905 fue alumno en el Pontificio Seminario Romano. El 10 de agosto de 1904 fue ordenado sacerdote en la Basílica de Santa María de Monte Santo, en la Piazza del Popolo. En 1905, llegó a ser secretario del Obispo de Bérgamo, Giacomo Radini Tedeschi, y en el año siguiente fue el encargado de la enseñanza de Historia y Patrología en el seminario de Bérgamo. Ocupó estos cargos hasta la muerte de "su" obispo, como siempre recordaría a Radini Tedeschi, acaecida en 1914.
El futuro papa Juan se iría forjando una personalidad con la que cautivaría a sus feligreses y al mundo entero: en la familia llegó a ser como un padre para todos sus hermanos, sencillo y manso, a la vez vital y exigente, siempre generoso. Angelo asistió a la escuela de su pueblo, e integró el grupo de monaguillos: Ya desde que tenía conciencia experimentó el llamado del Señor al sacerdocio.
Cuando lo permitían las circunstancias, siendo secretario del Obispo Radini Tedeschi, visitaba la Biblioteca Ambrosiana. Por aquél entonces era prefecto de la misma el Padre Achille Ratti, futuro Pío XI, con quien compartía un interés común por la figura del Santo Cardenal Carlos Borromeo.
Al estallar la primera guerra mundial, en 1914, se incorporó en Bérgamo al ejército, ofreciendo su servicio primero en la pastoral sanitaria, y a partir de 1916 como capellán militar.
En marzo de 1925 el Sucesor de Benedicto XV, Pío XI, lo nombra Visitador Apostólico en Bulgaria, una nación mayoritariamente ortodoxa y con un Estado confesional ortodoxo, donde los católicos apenas bordeaban las 40.000 personas. Después de siete siglos Bulgaria contaría nuevamente con un representante oficial de la Santa Sede en su territorio. Angelo fue enviado prácticamente a "tierra de misión". El 19 de marzo de 1921, Angelo fue consagrado Obispo, y un mes después se encontraba ya en Sofía, capital búlgara.
En 1934 es nombrado Delegado Apostólico para Turquía y Grecia, por lo que se traslada a Estambul primero, y en 1937 a Atenas. En esta última ciudad pasaría la mayor parte de la segunda guerra mundial, donde con ayuda de la Santa Sede y en contacto estrecho con la Iglesia Ortodoxa, prestó una significativa y caritativa ayuda a la población.
En los difíciles años de la guerra el gran rabino de Palestina, cuando se encontraba en Turquía, se comunicaba "casi diariamente con el Vaticano
gracias a Roncalli, amigo sincero de Israel, que salvó a miles de hebreos".
El 6 de diciembre de 1944, en un momento muy delicado que exigía de gran tacto y habilidad diplomática, Pío XII lo nombra Nuncio en París, a donde llega el 1 de enero de 1945. En los ocho años que Angelo duraría su labor como Nuncio supo ganarse la estima de los franceses. Su prudencia, tacto e inteligencia, le permitieron manejar situaciones que a veces se presentaban realmente complicadas y desfavorables.
En enero de 1953 el Nuncio de París, cuando contaba ya con 71 años, es nombrado por Pío XII Cardenal y Patriarca de Venecia, una Diócesis pequeña pero muy importante. Una nueva etapa se abría entonces para él en su vida: el servicio pastoral directo.
En Venecia, libre ya de las innumerables exigencias del servicio diplomático, pudo darle más tiempo a los encuentros cotidianos con la gente sencilla y humilde: Rezaba con frecuencia en la catedral, caminaba por las calles para hablar con la gente sencilla, visitaba las parroquias, administraba las primeras comuniones en colegios e institutos, iba a ver a los enfermos pobres de los hospitales y especialmente a los sacerdotes enfermos o ancianos, acudía a la cárcel para estar con los prisioneros y recibía a los personajes famosos en la política, las ciencias o las artes que visitaban Venecia y acababa por hacerse amigo suyo. Así era espíritu paternal y bondadoso de Angelo que tenía un contacto continuo con todo tipo de personas.
A los 76 años de edad, el 28 de octubre de 1958 era elegido para suceder en la sede petrina a Pío XII. El nuevo Papa quiso asumir el nombre del Apóstol Juan, el discípulo amado.
Juan XXIII se preparaba para asumir un gran reto: convocar un nuevo Concilio Ecuménico, lo que tomó por sorpresa a muchos. Por su humilde deseo de ser un buen "párroco del mundo" supo ver la necesidad de que la Iglesia reflexionara sobre sí misma para poder responder adecuadamente a las necesidades de todos los hombres y mujeres pertenecientes a un mundo en cambio que se alejaba cada vez más de Dios. El 25 de enero de 1959, poco más de dos meses de iniciado su pontificado, tomó por sorpresa a propios y extraños convocando a todos los obispos del mundo a la celebración del Concilio Vaticano II.
Cuatro habían de ser los principales propósitos de este gran Concilio:
a)Buscar una profundización en la conciencia que la Iglesia tiene de sí misma.
b)Impulsar una renovación de la Iglesia en su modo de aproximarse a las diversas realidades modernas, mas no en su esencia.
c)Promover un mayor diálogo de la Iglesia con todos los hombres de buena voluntad en nuestro tiempo.
d)Promover la reconciliación y unidad entre todos los cristianos.
El 23 de mayo de 1963 se anunció públicamente la enfermedad del papa: cáncer de estómago que, según su secretario Loris F. Capovilla, le fue diagnosticado en septiembre de 1962. El papa no quiso dejarse operar temiendo que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado. Así, el mismo Papa Bueno estaba firmando su sentencia de muerte. Al fin, después de sufrir esa grave enfermedad, Juan XXIII murió en Roma el 3 de junio de 1963. Finalizó sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia".
Luego de una larga y concienzuda preparación, se inició el 11 de octubre de 1962, aunque él mismo no sería el elegido para llevarlo a su feliz término. Pronto el Papa Juan XXIII se enteraba de su mortal enfermedad que, asociándolo a la Cruz del Señor, le llevaría por un largo camino de pasión, ofrecido por toda la Iglesia.
"Ahora reconocemos que nuestros ojos han permanecido ciegos durante muchísimos años, de manera que no hemos visto la belleza de tu pueblo elegido y no hemos reconocido en su rostro los rasgos de nuestro hermano primogénito. Distinguimos ahora la señal de Caín en nuestra frente. Durante siglos Abel [el pueblo judío] permaneció postrado entre la sangre y las lágrimas, porque habíamos olvidado tu amor. Perdónanos la maldición que injustamente hicimos caer sobre el nombre de los judíos; perdónanos porque al maldecirlos a ellos te hemos crucificado por segunda vez, porque no sabíamos lo que hacíamos". Confesión escrita por el papa bueno antes de su muerte.
TOMADO DE:
https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=651
http://es.catholic.net/op/articulos/32226/ss-beato-juan-xxiii-1958-1963.html
http://w2.vatican.va/content/john-xxiii/es.html
https://es.wikiquote.org/wiki/Juan_XXIII |