Top

Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.

Get Adobe Flash player

San Martín I PapaSAN MARTÍN I PAPA DE 649-655

San Martín, el papa número 74, fue el último papa martirizado. Son más de 40 los pontífices que han sufrido el martirio.

Nació Martín supuestamente en Todi, Italia y murió en Crimea.

Inició su pontificado convocando el concilio en Letrán que la muerte de su predecesor Teodoro I le había impedido celebrar.

En este concilio, se condenó el monotelismo que el emperador bizantino Constante II quería imponer como solución de compromiso entre la ortodoxia cristiana y el monofisismo. Asimismo se confirmaron las condenas a la Ecthesis, decretada por el emperador Heraclio, al Typos de Constante, y se excomulgó a los patriarcas de Constantinopla Sergio I, Pirro I y Pablo II.

El monotelismo fue una herejía del siglo VII, condenada en el Sexto Concilio General de Constantinopla. Era esencialmente una modificación del monofisismo, propagado en la Iglesia Católica para reconciliar a los monofisitas, con la esperanza de una vuelta a la unión. La doctrina católica es simple en sus líneas principales. La facultad de la voluntad es una parte integral de la naturaleza humana: por consiguiente nuestro Señor tenía una voluntad humana, puesto que tomó una naturaleza humana perfecta. Su voluntad Divina por otra parte es numéricamente una con la del Padre y el Espíritu Santo. Es necesario, entonces, reconocer dos voluntades en Cristo.

Martín demostró mucha firmeza en la conducción de la Iglesia. No pidió ni esperó el consentimiento para su elección por parte del emperador Constante II que un año antes había promulgado el Typos, un documento en defensa de la tesis herética de los monotelitas. Martín convocó el concilio en Letrán, que rechazó oficialmente esta enseñanza y condenó los esfuerzos del patriarca y el emperador para su promoción. El emperador enfurecido trató de desacreditar y después de asesinar al Papa.

Como el emperador de Constantinopla Constante II era hereje monotelista, mandó a un jefe militar con un batallón a darle muerte a Martín. Pero quien lo iba a asesinar, quedó ciego en el momento en que lo iba a matar, y el jefe se devolvió sin hacerle daño. Olimpio, nombre de jefe, no sólo se propuso cumplir las órdenes imperiales, sino que trató de asesinar al Papa por medio de un sicario durante la celebración de la misa en Santa María Mayor. En el momento de recibir la Hostia de manos del Pontífice, el sicario sacó el puñal, pero en ese momento quedó repentinamente ciego.

Probablemente este hecho convenció a Olimpio de cambiar de actitud y a reconciliarse con el santo Pontífice y a proyectar una lucha armada contra Constantinopla. En el 653, muerto Olimpio de peste, el emperador pudo llevar a cabo su venganza, haciendo arrestar al Papa por medio del nuevo jefe militar.

Así envió Constante a otro jefe militar el cual aprovechando que el Papa estaba enfermo, lo sacó secretamente de Roma y lo llevó prisionero a Constantinopla. El viaje duró catorce meses y fue especialmente cruel y despiadado. No le daban los alimentos necesarios y según dice él mismo en sus cartas, pasaron 47 días sin que le permitieran ni siquiera agua para bañarse la cara. Un verdadero martirio que él soportó con especial paciencia. En aquellos días dejó escritas estas palabras: "Me martiriza el frió. Sufro hambre y estoy enfermo. Pero espero que por estos sufrimientos les concederá Dios a mis perseguidores, que después de mi muerte se arrepientan y se conviertan".

En Constantinopla lo presentaron públicamente  como un malhechor, para que las gentes se burlaran de él. Pero lo que consiguieron fue hacer que muchísimos admiraran la virtud de aquel santo varón que todo lo sufría con admirable valor. Un tribunal de herejes lo condenó sin permitirle que dijera ni siquiera una palabra en su defensa. Lo tuvieron tres meses padeciendo en la cárcel para los condenados a muerte, y luego de tres meses lo sacaron por una petición que hizo el Patriarca Arzobispo de Constantinopla poco antes de morirse, pero lo enviaron al destierro.
Martín fue escribiendo en sus cartas lo que le iba sucediendo en aquellos prolongados martirios. En uno de esos escritos cuenta cómo lo llevaron sin las más mínimas muestras de consideración o respeto a Crimea donde estuvo por meses y meses abandonado de todos, sufriendo hambre y desprecios, pero enriqueciéndose para el cielo en el ofrecimiento diario de sus padecimientos a Dios.
Hay dos lecciones que aprender de San Martín:
1. La verdad que es a veces "políticamente incorrecta", Martín la defendió como seguidor de Cristo, aun a riesgo de la controversia y el sufrimiento personal.
2. Martín sufrió mucho a manos de sus enemigos, pero fue sostenido por su confianza en Dios. Todo cristiano tiene que recordar que Dios ve todas las cosas, incluyendo las dificultades e injusticias, y que permanecer firmes dará lugar a la reivindicación y la gloria.
En Constantinopla donde había sido tan humillado, fue declarado santo y empezaron a honrarlo como a un mártir de la religión. Y en la Iglesia de Roma se le ha venido honrando entre el número de los santos mártires.
Palabras de Martín en su última carta: "Estoy sorprendido del abandono total en que me tienen en este destierro los que fueron mis amigos. Y más me entristece la indiferencia total con la que mis compañeros de labores me han abandonado. ¿Qué no tienen dinero? ¿Pero no habría ni siquiera unas libras de alimento para enviarlo? ¿O es que el temor a los enemigos de la Iglesia les hace olvidar la obligación que cada uno tiene de dar de comer al hambriento? Pero a pesar de todo, yo sigo rezando a Dios para que conserve firmes en la fe a todos los que pertenecen a la Iglesia".
Se transcribe, según Enrique Denzinger parte del texto de concilio que censuró a los monotelistas:
Denz-272: "Si alguno, pues, según se acaba de decir, no rechaza y anatematiza a una voz con nosotros todas estas impiísimas doctrinas de la herejía de aquéllos y todo lo que en favor de ellos o en su definición ha sido escrito por quienquiera que sea, y a los herejes nombrados, es decir, a Teodoro, Ciro y Sergio, Pirro y Pablo, como rebeldes que son a la Iglesia Católica, o si a alguno de los que por ellos o por sus semejantes han sido temerariamente depuestos o condenados por escrito o sin escrito, de cualquier modo y en cualquier lugar y tiempo, por no creer en modo alguno como ellos, sino confesar con nosotros la doctrina de los Santos Padres, lo tiene por condenado o absolutamente depuesto, y no considera a ese tal, quienquiera que fuere, obispo, presbítero o diácono, o de cualquier otro orden eclesiástico, o monje o laico, como pío y ortodoxo y defensor de la Iglesia Católica y por más consolidado en el orden en que fué llamado por el Señor, y no piensa por lo contrario que aquéllos son impíos y sus juicios en esto detestables o sus sentencias vacuas, inválidas y sin fuerza o, más bien, profanas y execrables o reprobables, ese tal sea anatema".

INFORMACIÓN TOMADA DE:
www.es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=640
es.wikipedia.org/wiki/Martín_I
https://www.ewtn.com/spanish/saints/Martín_Papa.htm

regresar a Papas Santos

 
Top