HABLAR CON NUESTROS NIETOS ADOLESCENTES
La etapa de la adolescencia es padecida tanto por los propios adolescentes como por los padres e inclusive por los abuelos, los chicos están necesitados de mucha comprensión, de ser escuchados, de sentirse valorados y amados.
Muchos no saben que sucede a su organismo, algunos saben sobre los cambios biológicos que están pasando como seres vivos pero pocos saben lo que están sintiendo y mucho menos cómo encauzar esos sentidos y sentimientos. Es un período en el que guardan en su corazón muchas incógnitas y no es fácil que las externen, por eso, cuando hay acercamiento y si es posible propiciarlo, hay que que aprovecharlo para entablar comunicación con ellos aún siendo breve, ésta debe ser positiva y cariñosa pero siempre respetando su individualidad, su libertad pero sobre todo una intervención responsable de nuestra parte, no caigamos en el pecado de omisión porque más vale pedir perdón que dejar de hacer las observaciones que sean necesarias.
En momentos de crisis, definitivamente es muy difícil la comunicación pero como abuelos puede que podamos incidir en platicar con ellos buscando el momento adecuado para hablar sobre comportamientos y valores que les ayuden a vivir con mayor seguridad ésta etapa de vida. A continuación enuncio algunos:
1) Actuar con la verdad.
Enseñarlos a no engañarse ni a engañar, que sean coherentes con lo que dicen y hacen y que valoren las enseñanzas de sus padres y de los buenos maestros, proponerles formar parte de los grupos juveniles de su parroquia, o de entornos deportivos que sean para ellos espacio que los hagan crecer sanos física y espiritualmente.
1) Fomentar el diálogo y el razonamiento.
Esto puede lograrse si hay un día de la semana en que se reúnan con papás, abuelos y nietos de manera que el diálogo y los argumentos que se esgriman sobre cualquiera de los temas tratados los lleve a todos a una conclusión a través del razonamiento, donde aprendan que los miembros de la familia tienen diferentes o coincidentes puntos de vista y que con el diálogo llegan a acuerdos.
Aprender a pensar es descubrir las diferentes facetas de cada uno y no dejarse llevar por lo que el entorno externo a la familia dice que deben seguir como una “moda”.
1) Como seres humanos no estamos exentos de equivocarnos.
Los adolescentes en particular, tienen un gran temor de equivocarse o porque fueron educados en un ambiente perfeccionista o por el contrario, se han desarrollado demasiado libres, sin orientación familiar y entonces buscan generalmente a sus compañeros para que los “orienten” cayendo en graves problemas.
Hay que hablarles acerca de que vivir significa crecer y que asì como su cuerpo sufre transformaciones, sus relaciones sociales tambièn y que eso trae sus consecuencias, tanto positivas como negativas y que será más fácil transitar por ésta etapa si se encuentra cerca de su familia o de un consejero espiritual para que verdaderamente lo oriente.
Equivocarse no es tan grave si reconocemos el error, sino se reconoce, se cae en un abismo al que nos lleva la espiral de cometer más errores.
1) Fortalecer la Voluntad.
Se ha dejado a un lado, en ésta sociedad de la inmediatez, postergar los premios a nuestras acciones, es más, primero se pide el premio y ya veremos si cumplimos con nuestra responsabilidad o decimos “mañana lo haré”. La voluntad, inherente sólo a los seres humanos ha pasado a formar parte del archivo muerto de nuestro entendimiento. Fortalezcamos y pongamos a trabajar nuestra voluntad y la de nuestros nietos no otorgando aquello que aún no merecen o no se han esforzado para obtenerlo.
1) Tomar decisiones de acuerdo a sus valores.
Si orientamos a los nietos a reflexionar y pensar sobre las situaciones que se les presentan para no dejarse llevar de manera irracional al intentar resolver alguna problemática se sentirán más seguros y fortalecidos de ejercer su libertad y responsabilidad para decidir lo mejor.
Con una voluntad libre romperá su indiferencia frente a las cosas y a los hechos y podrá decidir qué vale más para él y elige, jerarquiza y se compromete. De tal modo formará hábitos de comportamiento que si los va viviendo los perfeccionará y será un hombre o mujer de bien para su familia y la sociedad.
Emocionalmente, también es importante saber que están esperando de nuestra parte palabras de aliento:
1) Te quiero mucho.
Estas palabras aunque las tengamos, como se dice, en la punta de la lengua, son oportunidades que muchas veces perdemos para expresar nuestro cariño , algunos abuelos(as) son más apapachadores y ésta recomendación la practican continuamente, sin embargo, los que somos menos emotivos, si nos lo proponemos
conscientemente lo podremos poner en práctica. El amor es el ingrediente esencial de una familia sana, decir en voz alta un “te quiero” nos identifica con nuestros semejantes. Son palabras que todos quisiéramos oír pero también los hechos y ejemplos son también muy valiosos y tambièn nos dicen “te quiero” porque se ocupan de nosotros, nos dan seguridad, nos dan cálidos momentos. Pero ellos quieren escuchar que los queremos.
1) Tengo confianza en ti.
La confianza es un valor que gradualmente se irá dando, no es de la noche a la mañana, conforme va creciendo y va adquiriendo conocimientos y experiencias y tiene conciencia de su libertad así como del medio ambiente que lo rodea y sepa tomar decisiones adecuadas, entonces podemos decirle “tengo confianza en tí”. Los abuelos sabemos que la confianza que les prodiguemos no puede ser ilimitada y que se la irán ganando poco a poco en función de su madurez y para beneficio de su desarrollo.
1) Quiero comprenderte.
Nuestros nietos adolescentes son difíciles pues ya estamos a una distancia de dos generaciones y para ellos somos “antiguos”, confunden comprender con “no estoy de acuerdo contigo” . Debemos tener cuidado de no ser manipulados al respecto y decirles que tengan tranquilidad y que nos cuenten más al respecto de la discusión diciéndoles que queremos comprenderlos para que no se confunda la discusión con una falta de acuerdos y no de comprensión.
1) Puedes contar conmigo
Debemos de dar señales a nuestros nietos de que estamos ahí cuando el necesita de resolver algún problema, si es que acude a nosotros, necesita sentir seguridad de que hay alguien que lo escucha, evitemos en lo posible hablar mucho o emitir juicios, construyamos un ambiente de respeto y afecto mutuo.
1) Estoy orgulloso de ti.
Esta frase hará que su autoestima aumente, muy probablemente las decimos cuando se consiguen éxitos, escolares, sociales, etc. pero también cuando hay fracasos, fallas, errores son más necesarias. Es nuestro nieto y por ese solo hecho es bastante para que nos sintamos orgullosos de él, es por el cariño que le tenemos que las palabras pueden ser un bálsamo para su alma.
Hasta la próxima, si Dios así lo quiere.
SILVIA MADRIGAL HERNÁNDEZ
Junio 2013
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