EL CRISTIANISMO EN EL SIGLO XXI: EN 2050, ÁFRICA Y ASIA SUMARÁN 41% DE LOS CATÓLICOS DEL MUNDO - I PARTE
Redacción (Lunes, 26-11-2012, Gaudium Press) No menos fascinante que desconocido, el Extremo Oriente es hoy el hogar de casi el 11% de los católicos del mundo. Según los datos del Anuario pontificio de 2010, cerca de 130 millones de católicos (10,87 %) habitan en el continente asiático. Evidentemente ese número es pequeño si lo comparamos a la población total de Asia, en la cual viven 60% de la población mundial (4,14 billones), y dentro de la cual, la ínfima participación católica de 3,05% del total parece ser casi insignificante. Entretanto, esa prometedora región del globo presenta datos muy significativos de crecimiento del número de bautizados, bajo diversos aspectos.
Paulatinamente Asia, y sobre todo África, ganan participación en las cuotas relativas de católicos en relación a cada continente. Entre 2000 y 2010 hubo variaciones considerables. África pasó de 12,44% en 2000, a 15,55% en 2010 (173 millones). De 2009 a 2010 Asia pasó de 10,47 a 10, 87%. Con base en proyecciones en un escenario moderado, en 2050 tendremos tantos católicos en Oriente cuanto en Europa (18,37% en Asia y 18,55% en Europa).
Eso no se debe apenas al hecho de que el número de católicos en Asia crece (1,98% al año) en una tasa de crecimiento superior a la de la Iglesia (1,44%) y de la población mundial (1,33%), sino también por la estabilización del número de católicos en Europa, que pierde participación en el contingente católico comparada con África y Asia debido a la baja tasa de natalidad.
En suma, África acaba por ganar lo que Europa pierde, porque anualmente nacen 24 millones de africanos mientras la población europea no posee un acréscimo mayor que 900 mil personas por año.
Proyectando los datos proporcionados por las varias ediciones del anuario pontificio en la última década, caso la tasa de natalidad en cada continente continuase a reducirse según el ritmo actual, se puede decir que en 2050 la distribución de católicos tendría relevante participación de África y Asia, que alcanzaría 41% de los católicos del mundo. Inclusive América comenzaría a perder participación relativa en el contingente católico comparada con esos dos continentes.
Se debe agregar que diversos países con relevante participación católica tendrán su población duplicada hasta 2050 como es el caso de Nigeria, Tanzania, del Congo, Kenia, Uganda, Mozambique, Gana, Camerún y Angola.
Crecimiento sustentable
La expresión usada en el subtítulo es enteramente aplicable a los casos asiáticos y africanos, donde, de modo diferente a lo que fue hecho durante el siglo XIX en América, se buscó incentivar, sobre todo en Asia, la formación de un numeroso clero autóctono. Hay datos elocuentes que corroboran ese nuevo horizonte. Entre 2009 a 2010, mientras ocurrió una leve flexión en Europa y Oceanía, Asia recibió 12 nuevos obispos y 1.695 sacerdotes. La cifra de nuevos sacerdotes es más que el doble de África (765), y enormemente superior a Oceanía (52) y a América (42). Europa terminó el año con 905 sacerdotes menos. Entre religiosos y diocesanos, había en el año 2010 en África 35.611 sacerdotes mientras que en Asia son 53.922.
Si el número de religiosos profesos disminuye en América del Sur (-3,5%) y en América del Norte (-0,9%) y se mantiene estable en Europa, ellos aumentarán en Asia en 4,1% al año y, en África, 3,1%. Si el número de religiosas disminuyó en Europa, Oceanía y América (-2,9%, -2,6% e -1,6% respectivamente) él creció en Asia y en África en cerca de 2% al año. Así, en 2010 Asia sumó 160.862 religiosas y África 63.731. Fenómeno semejante ocurre con el número de seminaristas mayores: hay una disminución en Europa (-10.4%) y en América (-1.1%), pero en Asia hay un crecimiento de 13%. Ni el PIB chino creció tanto. Así, en Asia hay 32.677 seminaristas mayores mientras en África, 25.607.
Con base en esos dados, se percibe que mientras la alta tasa de natalidad de África subsahariana proporciona un aumento de participación en la cuota de católicos en el continente, en el Oriente se verifica un crecimiento por tres razones: gran número de conversiones, tasas razonables de natalidad y numeroso surgimiento de vocaciones religiosas y presbiterales. Con base en esos datos, parece que el crecimiento de Asia evidencia mayor sustentabilidad a largo plazo que África, por causa del aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, que actúan entre los fieles católicos como el fermento en la masa, como la luz en el mundo y la sal de la tierra (Cf. Mt 5,13-14).
Una Iglesia afro-asiática nace
A lo largo de 19 siglos la vida de la Iglesia Católica fue excepcional en el mundo Europeo, y, sobre todo, en las márgenes del Mediterráneo. El siglo XX vio despuntar a América como el hábitat de casi mitad de los católicos del mundo.
En 1910, apenas 6% de los católicos vivían en Asia y en África, mientras 93% de los católicos habitaban en Europa y en América. Cien años después Asia y África pasaron de modestos 6% de la población católica mundial para 26%. El siglo XXI parece ser, de hecho, la era en que América continuará poseyendo el mayor contingente de católicos, pero si la dinámica de crecimiento continua en Asia y en África el siglo XXI concluirá con una mayor proporción de católicos en el Extremo Oriente que en Europa o incluso América del Sur. ¿Qué perspectivas pastorales esa realidad latente puede despuntar para nuestro siglo? ¿Qué es lo que el Espíritu Santo tiene en vista con esas gracias de conversión dada al oriente?
Actualmente la participación relativa en la población católica en el mundo hace que América sea predominante, con relevante participación de Europa, sumando 72% de los católicos del mundo, haciendo que el catolicismo se presente delante de los orientales como una característica de la cultura occidental y estableciendo un tabú cultural a veces difícil de transponer en ciertas regiones de Oriente.
Entretanto, si comparamos las cuotas de 2010 con la distribución continental de la población mundial en 2050, se percibe que el siglo XXI parece ser la era de la conversión de Asia, hecha no por los misioneros occidentales, sino por los propios orientales. Mientras Asia y América, y, sobre todo, Europa, pierden intensidad en la participación relativa debido a las bajas tasas de natalidad, ocurre un boom poblacional en África.
En lo referente a los católicos, en 2050 África y Asia aumentarían la participación relativa alcanzando la cuota de 41%, mientras América y Europa disminuirían para 58%. Así, ser católico no significará más ser occidental, europeo o americano. Es posible que el siglo concluya con una superación del número de católicos en Asia y en África en relación a Europa y América debido a las bajas tasas de natalidad previstas para América Latina, que en algunas décadas serían comparables a las de Europa.
Con base en esos datos, en 2050 la participación de los católicos en el mundo tiende a equipararse a la proporción de la población distribuida en los continentes.
¿El siglo XXI sería entonces la era de la conversión de Asia tan deseada por Santo Tomás Apóstol, San Francisco Javier y la pléyade innumerable de héroes que entregaron sus vidas por la conversión del oriente?
Por Marcos Eduardo Melo dos Santos
EL CRISTIANISMO EN EL SIGLO XXI: 2050, ÁFRICA Y ASIA SUMARÁN 41% DE LOS CATÓLICOS DEL MUNDO – II PARTE
Redacción (Martes, 27-11-2012, Gaudium Press) Sigue a continuación la segunda parte del artículo sobre las proyecciones demográficas de los católicos en todo el orbe, de autoría de Marcos Eduardo Melo dos Santos:
Las catacumbas del siglo XXI
Se nota que es justamente en condiciones adversas que el catolicismo más crece en el Oriente. Es cierto que hay en el extremo oriente países en los cuales la población es mayoritariamente católica como el pequeño Timor Leste, con 88,84% de participación. Filipinas, con 73,8 millones, posee la tercera mayor población católica del mundo después de Brasil y de México, con una elevada tasa de natalidad. Hasta Indonesia, en la cual la población no cristiana suma 87,7%, posee un contingente 8 de millones católicos, o sea, una población católica mayor que países occidentales como Austria, Suiza o Paraguay.
Corea del Sur siempre fue considerada como lugar de misión en el cual el cristianismo era minoritario. El siglo XXI comienza con 29,2% de la población coreana confesando el cristianismo. De este contingente, la mayor denominación cristiana es la Iglesia Católica Romana, con 5,3 millones (10,3% de la población). Corea del Norte, bajo rígido régimen comunista, presenta datos semejantes. De hecho, la sangre de los mártires coreanos -el país con mayor número de mártires oficialmente catalogados- compró y continúa comprando la conversión de sus coterráneos. El episcopado coreano proyecta terminar la segunda década del siglo con 20% de la población convertida al catolicismo.
Al mencionar la situación de los católicos en Corea del Norte, se recuerda otros países donde los católicos son minoritarios, como India, Vietnam y China. Pero es precisamente en esos países que el crecimiento de la Iglesia ocurre de modo preponderante. Hay en la India cerca de 17,3 millones de católicos, que representan menos de 1,58% del total de la población india. Entretanto, hay regiones de la India donde los cristianos suman más de 90% de la población. Entre los estados más populosos, se destaca Kerala, localizado al sudoeste de la India, en el cual 33% de los habitantes son católicos. La Iglesia Católica es la mayor denominación cristiana del país.
En China, la relación entre la Iglesia Católica y el gobierno es tensa. Allá existen 9 millones de católicos, menos de 1% de la población china, pero el gobierno juzga necesario intervenir en el nombramiento de los obispos y busca mantener la ‘Iglesia Patriótica' fiel a Pekín. Sin embargo, muchos católicos chinos no se definen entre una y otra parte, siendo muchas veces contados como pertenecientes a los dos grupos. El propio arzobispo de la capital del país, Joseph Li Shan, está simultánea y oficialmente contado entre los fieles a Roma y a Pekín. Con la apertura de la economía y la occidentalización del país, puede parecer que habrá pasos camino a la libertad, pero por otro lado, el gobierno chino todavía continúa una política de censura que deroga la libertad religiosa y busca estimular una lamentable propaganda con caracteres xenófobos. Se puede conjeturar que el trampolín de acceso a China parece ser Taiwán, que ofrece libertad religiosa y donde más del 10% de sus habitantes confiesan el cristianismo.
Un país en el cual la evangelización es difícil, a pesar de la libertad religiosa, es Japón. Allá el 0,5% de la población -de 127 millones- son católicos pero, parece, después de siglos de persecución cerrada, que la Iglesia todavía no asentó bases sólidas en las islas nipónicas. Con todo, hay 500.000 fieles en Japón, que pueden venir a ser los apóstoles que el país necesita.
Los cristianos de Asia
Transcendiendo del universo católico hacia los cristianos acatólicos, se verifica que el número de discípulos de Cristo en Oriente es mucho mayor que el número de católicos, especialmente en los países del extremo oriente como China, Coreas, Tailandia, Papúa-Nueva Guinea e Indonesia. Excepción para esa realidad son las Filipinas (90%), Timor Oriental (90%), Vietnam (9%) y Sri Lanka (7,12%), naciones en las cuales la mayoría de la población cristiana se dice católica. Juntos, esos países suman cerca de 20 millones de católicos. Aquí hay otro enclave cristiano próximo a Indonesia.
La conversión a otras denominaciones cristianas en esos países no es motivo de preocupación para el catolicismo, pensando en el ejemplo histórico de los pueblos bárbaros europeos. Antes de que los monjes y misioneros católicos evangelizasen las tribus germánicas o eslavas, por allá ya habían sembrado nociones del Evangelio los arianos. De ese mosaico de pueblos, surgió el monolito católico medieval que solo fue roto por la pseudoreforma en el siglo XVI. Resta saber si el mismo proceso ocurrido al inicio de la Edad Media se verificaría en el siglo XXI con el Oriente.
Hoy en Asia, hay cerca de 260 millones de cristianos. Estadísticas oficiales chinas, que según algunos estudiosos no corresponden deliberadamente a la realidad, presentan números que varían entre 3 a 5% de la población del gigante asiático como cristiana (67 millones de personas). Entretanto, otras estimaciones elevan ese número a 8% o incluso 10% (100 millones) de la población china. Otros países asiáticos ofrecen la misma perspectiva: Arabia Saudita (5,5%) Malasia, (11,1%) Hong Kong (11%), Brunei (11%), Indonesia (12,3%), Kuwait (15%), Singapur (18,3%), Corea del Sur (29,2%) y Papúa-Nueva Guinea (96%, de los cuales 32,97% se dice católica).
En el Centro de Asia y en el Oriente Próximo también hay motivo de esperanza. Del mismo modo, entre los países de Oriente Medio. Se debe mencionar en primer lugar a Armenia donde 93% de la población (3,2 millones) confiesa el cristianismo y cerca de 4% de la población es católica. En el Líbano 39% de la población confiesa el cristianismo, pero ese número viene disminuyendo por causa de las emigraciones en virtud del terrorismo contra los cristianos. Kazajistán ya cuenta con 51% de la población cristiana de mayoría ortodoxa. En Siria, 8% de la población son cristianos ortodoxos, mientras 2% son católicos.
Despunta también otra esperanza entre los países petroleros de Oriente Medio. Los católicos son, en su mayoría, extranjeros.
Los Emiratos Árabes Unidos poseen cerca de 250.000 trabajadores extranjeros que son católicos, lo que representa cerca de 7% de la población. En Kuwait filipinos, indios y libaneses así como caucasianos de todos los continentes son 6,16% de la población. Con todo, en Arabia Saudita no hay libertad religiosa.
La Iglesia crece en los países pobres
Si es verdad que el crecimiento del catolicismo y del cristianismo en general se da sobre todo en los países pobres, a los cuales la crítica atea usa el peyorativo rótulo de ‘Christian Rice' (cristianos del arroz), se verifica que el desarrollo humano y económico no es un obstáculo absoluto para la conversión de los paganos. Basta recordar el caso de los Estados Unidos, una de las mayores potencias económicas de los siglos XIX y XX. El catolicismo creció de forma paulatina, pero constante, pasando de 2% a finales del siglo XVIII a cerca de 25% en el siglo XXI. Aunque la inmigración haya favorecido ese aumento, no se debe descuidar el papel de las conversiones al catolicismo en el mundo anglosajón tal como se da en Inglaterra en pleno siglo XXI.
Otro ejemplo innegable sería el de Corea del Sur. El crecimiento de la Iglesia Católica anda ‘pari passu' con el desarrollo socioeconómico. Hoy Corea del Sur es uno de los países más desarrollados. Así no se puede decir que la educación y la riqueza son obstáculos absolutos para la Evangelización.
Por Marcos Eduardo Melo dos Santos
Estadísticas consultadas
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