BUENOS HABITOS Y FE EN DIOS HARAN UNA MEJOR VEJEZ
Algo importante a reconocer en esta etapa de vida de abuelos, es que ya no tenemos que rendir cuentas a nadie en particular sólo a nosotros mismos y a Dios, por lo tanto es necesario ponernos en contacto con nosotros mismos y siempre en oración con Dios que es el que nos conoce aún antes de nacer.
Aún sin la necesidad de quedar bien en nuestro trabajo, en el ámbito social, si estamos obligados a seguir ciertas rutinas en beneficio de nuestra salud y de nuestra integridad física, por lo que, es necesario que tengamos en cuenta algunas recomendaciones como las que se anotan en seguida:
Cuida tu imagen siempre, vístete bien, arréglate como si fueras a una fiesta, pero recuerda considerar que tu vestuario sea adecuado a tu circunstancia, la vida es una fiesta.
No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación, no eres un preso, sal a dar un paseo y si puedes visita un parque, un templo, a los amigos.
El ejercicio físico diariamente, es parte de ti, dedica un rato de gimnasia ligera, una caminata razonable, el movimiento es vida.
Evita posturas y gestos de viejo, camina lo más erguido posible, al sentarte evita que tu espalda se encorve, no arrastres los pies, usa zapatos cómodos y ligeros. Si es necesario has una cita médica para evitar que una enfermedad cause alguna de estas situaciones o sólo son malos hábitos.
Evita hablar de tu vejez o de tus achaques, acabarás por creerte más viejo y enfermo de lo que en realidad puedas estar. Esto ahuyentará a tu familia y amigos si eres recurrente en ello. No es que no informes a tus seres queridos de tu malestar para que te ayuden a recobrar, en lo posible, tu salud.
Sé positivo en tus juicios, ten buen humor, se amable y alegre, cultiva el optimismo sobre todo. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo.
Ayuda siempre que puedas, con una sonrisa, un consejo o un pequeño servicio, en lo posible, bástate a ti mismo.
Mantente ocupado, tanto la mente como tus manos, no te olvides de la lectura de buenos libros, haz pequeños trabajos manuales, la actividad es la terapia infalible para casi todos los males.
Las relaciones humanas son otra terapia. La cordialidad y convivencia con tu familia te permitirá convivir con diversas edades: niños, jóvenes y adultos. Busca a tus amigos, y convive también con ellos, son los referentes de tus tiempos, sin embargo eviten lamentarse de la vida, por el contrario, den Gracias a Dios porque les ha permitido llegar a esa edad.
Cuando liberamos los miedos por el futuro y los arrepentimientos por el ayer, nos sorprenderemos por los beneficios del presente, la esencia de los actos actuales debe ser la actitud positiva, la alegría, la paz y la gratitud, ésta generalmente la aprendemos por la sabiduría o por las penas, la sabiduría es el camino más sencillo
No pensarás que todo tiempo pasado fue mejor. No condenes el presente, alégrate de ser parte del mismo y disfruta lo bello y hermoso que hay y que toda época tiene lo suyo.
No te olvides que para mantener la salud es necesario divertirse y reírse mucho
Nos hemos acostumbrado a creer que la felicidad es una especie de competencia para tener más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer mil cosas a la vez.
Lo anterior nos lleva a reflexionar que si hemos logrado parte o casi todo lo anterior o algo más que se nos escape es porque estamos conectados en gran medida con nuestro Padre Dios al que agradecemos cada uno de los momentos vividos. Esos momentos, no todos han sido felices ni todos han sido una desgracia solo que estamos en el camino de alcanzar la sabiduría del que busca el Reino de Dios hasta buscar la santidad .
Las bienaventuranzas como: “Bienaventurados sean los pobre de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt 5, 3) nos dice como encontrar la santidad y todos los dones espirituales y temporales que se necesitan en la vida, los “pobres de espíritu” son los que no están apegados a nada, los que nada tienen y los que todo lo esperan de Dios, son bienaventurados porque en sus corazones hay sitio para Dios, es el hombre que se ha despojado de la seguridad en sí mismo y sabe que sus fuerzas no son suficientes.
Te invito querido abuelo(a) a tener momentos de reflexión, de silencio, de oración de modo que nuestro espíritu también se vea fortalecido así como nuestro cuerpo material.
SILVIA MADRIGAL HERNÁNDEZ
Octubre 2013
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