BIENVENIDA LA COLABORACION
Hace unos días, recibimos un bello mensaje de uno de nuestros visitantes al portal que me pareció excelente para compartir en este espacio.
Se trata de un artículo del Dr. Enrique Orschanski, médico pediatra, que publicó en uno de los diarios de la provincia Cordobesa de Argentina y que es muy reconocido en su medio. El artículo circula por la internet.
El Dr. Orschanski dice: los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, aportan algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad. A continuación transcribo el artículo.
“En los últimos 50 años, nuestro estilo de vida familiar cambió drásticamente como consecuencia de un nuevo sistema de producción.
La inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía” . El nuevo paradigma implicó que muchos niños quedaran a cargo de personas ajenas al hogar o en instituciones. Esta tercerización de la crianza se extendió y naturalizó en muchos hogares. Algunos afortunados todavía pueden contar con sus abuelos para cubrir muchas tareas: la protección, los traslados, la alimentación, el descanso y hasta las consultas médicas.
Estos privilegiados chicos tienen padres de padres y lo celebran eligiendo todos los apelativos posibles: abu, abuela o nona o bobe, o zeide, tata, yaya/o, opi, oma, baba, ahue, lala, banbi o por su nombre, cuando la coquetería lo exige.
Los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, la que aporta algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad, factores indispensables en los nuevos brotes.
La mayoría de los abuelos sienten adoración por sus nietos. Es fácil ver que las fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de éstos. Con esta señal, los padres descubren dos verdades: que no están solos en la tarea y que han entrado en su madurez.
El abuelazgo constituye una forma contundente de comprender el paso del tiempo, de aceptar la edad y la esperable vejez. Lejos de apenarse, sienten al mismo tiempo otra certeza que supera a las anteriores: los nietos significan que es posible la inmortalidad, porque al ampliar la familia, ellos prolongan los rasgos, los gestos, extienden la vida. La batalla contra la finitud no está perdida, se ilusionan-
Los abuelos miran diferente.
Como suelen no ver bien, usan los ojos para otras cosas. Para opinar, por ejemplo, o para recordar. Como siempre están pensando en algo, se les humedece la mirada, a veces, tienen miedo de no poder decir todo lo que quieren. La mayoría tiene las manos suaves y las mueven con cuidado.
Aprendieron que un abrazo enseña más que una biblioteca. Los abuelos tienen el tiempo que se les perdió a los padres, de alguna manera pudieron recuperarlo. Leen libros sin apuro o cuentan historias de cuando ellos eran chicos. Con cada palabra, las raíces se hacen más profundas, la identidad más probable. Los abuelos construyen infancias, en silencio y cada día.
Son incomparables cómplices de secretos
Malcrian profesionalmente porque no tienen que dar cuenta a nadie de sus actos. Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían de tan preocupados que estaban por educarlos.
Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan, son personas expertas en disolver angustias cuando, por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba.
La comida que ellos sirven es la más rica, incluso la comprada.
Los abuelos huelen siempre a abuelo.
No es por el perfume que usan, ellos son así.. ¿O no recordamos su aroma para siempre? Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad.
Los que los tienen lejos, deberían procurarse uno (siempre hay buena gente disponible).
FINALMENTE Y PARA QUE SEPAN LOS DESCREIDOS... LOS ABUELOS NUNCA MUEREN, SOLO SE HACEN INVISIBLES.
Después de leer el texto del Dr. Orschanski, puntualizo sobre La generación humana
Cabe mencionar algo muy importante que el Papa Juan Pablo II en su Teología del Cuerpo menciona sobre el <<“conocimiento” entre hombre y mujer que condiciona la generación humana a través de la consumación del matrimonio.
Ciertamente, la procreación hace que el varón y la mujer se conozcan recíprocamente en el tercero que trae origen de los dos, en una revelación del nuevo hombre, determinado por ambos con plena conciencia de la participación creadora que tiene Dios en la generación humana.
Las palabras del libro del Génesis que son un testimonio del primer nacimiento del hombre sobre la tierra, encierran en sí, al mismo tiempo, todo lo que se puede y se debe decir de la dignidad de la generación humana.>>
Recordando lo anterior a los padres, no les vendría mal reflexionar acerca de cuál es su intención al responsabilizar a los abuelos del tiempo que ellos, como padres, debían de prestar a sus hijos, es claro que se vive una época difícil pero muchas veces se cae en actitudes de irresponsabilidad, de poca tolerancia a la tarea de educar, y es muy claro las líneas arriba sobre la procreación, sobre la dignidad de la generación humana que se merecen tanto los mismos padres como éstos a los abuelos y a sus propios hijos. Dios les pedirá cuenta a ustedes de lo que han hecho o han dejado de hacer.
Hasta la próxima, si Dios así lo quiere.
SILVIA MADRIGAL HERNÁNDEZ
Agosto 2013
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