BEATO URBANO V
Papa de 1362 a 1370
El principal objetivo de Guillaume de Grimoard (1310-1370), nombre de pila de Urbano V, fue volver a asentar la sede de la Iglesia en Roma, condición que había perdido en 1309, después de que Clemente V (1264–1314) la estableciera en Avignon.
Veinte cardenales se hallaban reunidos en Aviñón sin lograr ponerse de acuerdo en la elección de un nuevo Papa. El Petrarca decía crudamente: "Llenos de orgullo, dominados por la ambición, se creen todos dignos del pontificado; pero como ninguno puede elegirse a sí mismo, cada cual trata de nombrar a aquel de quien espera más favores."
Hugo Roger, llamado el Cardenal Negro, que era monje benedictino, logró reunir diecinueve votos, pero fue imposible hacerle aceptar el supremo gobierno de la Iglesia: he aquí una excepción de la afirmación de Petrarca. Más adelante, los electores se decidieron a buscar un candidato fuera del Sacro Colegio, y le encontraron en el abad de San Víctor de Marsella, otro benedictino, que se llamaba Guillermo Grimoardo. Un monje austero, un experimentado canonista, un hábil diplomático: esta era la idea que tenían los cardenales de Guillermo.
Dejando las promesas de un castillo provenzal, Guillermo había abrazado, con la generosidad de la juventud, la disciplina del monasterio; con la observancia juntó después la explicación del decreto de Graciano, y a la cátedra y al monasterio vino a unirse la vida errante de corte en corte defendiendo la causa de la paz y del derecho. Se dirigió a Aviñón sin saber para qué le llamaban. Se temía que tampoco Guillermo aceptara la dignidad suprema. Pero dio su consentimiento sin vacilar, tomando el nombre de Urbano V.
En 1322 se trasladó a Montpellier para realizar estudios de Derecho canónico y más tarde, continuó estudios en Derecho civil en Toulouse. En 1335, al finalizar sus estudios, ingresó en la orden benedictina realizando el noviciado en el monasterio de Chirac donde, tras una estancia en Marsella, fue ordenado sacerdote. Después, pasó a la Universidad de Montpellier, y como profesor se convirtió en un renombrado especialista en Derecho recibiendo el doctorado en 1342.
El año 1349 fue nombrado vicario general por el obispo de Clermont. En 1352, el papa Clemente VI lo pone al frente de la Abadía de San Germán de Auxerre donde permanecerá hasta 1361, cuando Inocencio VI lo nombra abad de San Víctor.
Urbano V perteneció a los papas de Avignon. Fue el mejor de los siete que hubo. Era francés. Estudió y, al acabar, abrazó la vida religiosa con los benedictinos. Urbano era una persona digna para la diplomacia, tan importante en aquellos días. Al morir el Papa Inocencio VI, en 1362, hicieron en seguida obispo, cardenal y Papa a Guillermo.
Todos los reinos cristianos, menos Francia, querían que el papa regresara a su sede en la Ciudad Eterna, entre ellos el emperador Carlos IV, quien viajó en persona a Aviñón en 1365 para pedirle al papa su regreso a Roma. Su residencia, en Roma la ubicó en el Vaticano. Reconstruyó Roma principalmente los monumentos religiosos.
La entrada de Urbano V en la Ciudad Eterna fue una apoteosis; pero no tardó en presentarse la realidad con todos sus aspectos desagradables. Un pueblo movedizo, acostumbrado a los motines, hambriento; una sociedad desorganizada y anárquica; viejos palacios que se desmoronaban; iglesias que ofrecían el aspecto de la más lamentable decadencia; calles y plazas obstruidas por los escombros, manchadas por los vicios y amenazadas por los criminales. Urbano no poseía piedad con los malhechores, pero tenía entrañas de misericordia para los necesitados.
Urbano V intentó reformar las costumbres. Le sentaban mal los lujos, invitó a todos los que trabajaban con él a llevar una vida austera. La cultura fue otra de sus grandes preocupaciones. Se auxilió de los franciscanos y dominicos para evangelizar las tierras de Bulgaria, Ucrania, Bosnia, Albania, Lituania y Mongolia.
Con la llegada de Carlos IV, que se trasladó a confirmar solemnemente el acuerdo del Imperio de Occidente con la Iglesia, coincidió después la llegaba del emperador bizantino Juan Paleólogo, con la intención de abjurar el cisma y solicitar refuerzos contra los musulmanes.
el proceso de beatificación de Urbano V, tuvo que esperar casi cuatro siglos para ser beatificado. Fue el papa Pío IX quien reconoció su culto el 10 de marzo de 1870.
TOMADO DE:
http://vidas-santas.blogspot.mx/2012/12/beato-urbano-v-papa.html
http://cristiandadypatria.blogspot.mx/2011/05/juan-pablo-ii-el-decimo-beato-de-la.html
http://santosdedios.blogspot.mx/2013/12/19-de-diciembre-beato-urbano-v.html
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