BALANCE DE MI VIDA
Hagamos un alto en nuestra existencia y demos gracias a Dios por su infinita misericordia y evoquemos los recuerdos que la vida nos ha dejado, viéndolos a la distancia y valorando aquello que nos ha dado alegrías o tristezas.
Considerando que a lo largo de nuestra vida hemos aprendido o desaprendido a través de ciertos procesos conscientes y no tan conscientes que nos han llevado a sobrevivir en este mundo, es tiempo de decir que ha llegado el momento de aprender a vivir.
Sabemos que no fue fácil haber llegado e esta etapa de nuestra vida, aún reconociendo cualidades y aptitudes, requerimos de disciplina y entrega, de que el grado de dificultad estuvo relacionado con las aptitudes, voluntades y conciencia, que alcanzar una meta no sólo fue haberla soñado.
A nuestros hijos y nietos es recomendable recordarles lo anterior, así como también decirles que si no se tienen valores, la vida misma carece de valor. Muchos viven sólo para el placer de sus sentidos, en lo banal y temporal.
El hombre alcanza la plenitud de su inteligencia conforme desarrolla su conciencia y la conciencia se alcanza a través de los valores que se ejercitan.
Los valores morales y la inteligencia se encuentran relacionados. La ignorancia está basada en la pasión, la falta de moral, los falsos conceptos de verdad y los malos sentimientos.
Es tiempo de canalizar positivamente nuestras experiencias para seguir adelante, aprendiendo, amando, donándonos a los demás, sin abandonar nuestros recuerdos ni a nuestras amistades y seguir soñando, planeando, haciendo nuevas amistades. El conocernos, el comprender a los que nos rodean puede ser más sencillo si estamos en íntima comunión con nuestro Padre Dios. Vivir cada instante como si fuera el último.
Concluyo con las palabras que en algún momento leí en un libro de Isabel Allende: “el dolor es inevitable en el transcurso de la vida, pero es tolerable si no le ponemos resistencia y no se agregan miedo y angustia”, es decir, trabajemos por aquello que Dios nos permite resolver, según nuestras fuerzas y dejar en sus manos aquello que no es posible que podamos solucionar.
Tratemos de cumplir el siguiente decálogo como los triple AAA “sólo por hoy”
-SERE FELIZ : La felicidad es algo interior, no viene de fuera, somos tan felices como queremos serlo.
-CUIDARE DE MI CUERPO : Lo ejercitaré, lo cuidaré, lo alimentaré, no lo abandonaré, sólo así será un instrumento para realizar lo que Dios me tenga destinado.
-EJERCITARE MI ESPIRITU : Dominaré mi voluntad, me levantaré, me asearé, trataré de tener una rutina de esfuerzo, o mental en donde la prisa, la impuntualidad o la indecisión estén fuera de mis acciones.
-EJERCITARE MI ORACION : Algo importante y fundamental es estar íntimamente relacionado con nuestro Señor Jesucristo a través de la Oración. Es nuestro modelo de perfección a seguir. No olvidemos que, a través de EL estamos llamados a la santidad. Dediquemos un espacio en nuestro día para conocer y reflexionar en la VIDA de nuestro Señor Jesús y seamos sus más fieles seguidores.
Finalmente, tratemos de contestarnos las siguientes interrogantes:
¿Qué cosas me han maravillado?
¿Qué personas han sido sostén en mi vida?
¿Qué personas he amado?
¿Qué personas considero positivas en mi vida?
¿Qué carencias he dejado atrás?
¿Qué cosas son por las que he vivido?
¿Qué convicciones han marcado mi vida?
¿Qué riesgos he corrido?
¿Qué sufrimientos me han dolido más?
¿Quién o Qué ha influenciado en mi vida?
¿Qué deseos no he satisfecho?
Para nuestro solaz y reflexión, a continuación se anota, de
Amado Nervo “EN PAZ”
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, Vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida
porque veo al final de mi rudo camino que yo
fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno;
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
HASTA LA PROXIMA
SILVIA MADRIGAL HERNÁNDEZ
Abril 2013
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