LA AUTOESTIMA DE LOS HIJOS (Parte I)
Sobre Autoestima se ha escrito mucho, innumerables artículos, tips, ejercicios, evaluaciones, test.
Cursos y pláticas se han impartido al respecto del tema, más enfocados a la autoestima del adulto que a la de los hijos. Todo esto resulta muy bueno, ya que los chicos aprenden de autoestima viendo como la practican sus padres. Solo que la autoestima no se define ni se descubre de esa manera.
Cabe señalar que la autoestima no es un traje elegante, no es un ser omnipotente que camina con el cuerpo erguido viendo solo de su nariz hacia arriba.
La autoestima no se forja de todo lo bueno que tenemos, sino con la aceptación también de todo lo malo que somos, con un propósito firme de tenernos en un concepto real de lo que somos, no seres perfectos, pero si perfectibles. Sin embargo para elevar la autoestima, es necesario pulir todo lo bueno de lo que hemos sido dotados, habilidades, destrezas, dones y cualidades.
Eso es precisamente lo que los padres de familia tenemos que hacer para fortalecer la autoestima de nuestros hijos, observar, descubrir y apoyar al máximo en el ejercicio y práctica de actividades donde ellos puedan pulir sus habilidades, donde puedan experimentar logros y satisfacciones y donde puedan recibir elogios reales, no solo de su familia sino de personas ajenas a él, de manera que le quede muy claro que no solo es el amor ciego de su familia lo que da valía a su desempeño.
Algunos padres de familia consideran poco merecedor de sus hijos el mantenerlo en actividades recreativas, deportivas o artísticas cuando sus actividades académicas no son aceptables, o porque consideran una distracción inútil para el desempeño exitoso académico, sin pensar que debe descubrir todo lo valioso que hay en él, además de sus habilidades académicas. .
Por otro lado, también está el otro extremo, de los padres que inscriben a sus hijos en todas las actividades habidas y por haber, de moda, que consideran los harán más competentes y exitosos, ya que dedican incluso horas de sueño y descanso en la práctica a veces hasta desconsiderada de cursos y talleres, y así todos los días de la semana y hasta sábado y domingo, clases de inglés, tenis, golf, natación, piano, guitarra, canto, squash, futbol, kumón, karate, ballet, etc., y estará bien, siempre y cuando el tiempo, la capacidad y el gusto de sus hijos se lo permitan, otros pocos chicos, además de esto, al menos tienen la suerte de que los lleven a recibir alguna catequesis que fortalezca su parte espiritual al menos un par de horas a la semana.
Las actividades extraescolares en exceso, deben ser consideradas y bien distribuidas, de manera tal que los chicos tengan tiempo de descansar, dormir bien y “perder el tiempo”, dedicándose a ser niños jugando, soñando, platicando, conviviendo, andar en bici, conversar con sus padres y hermanos, amigos y familia, simplemente haciendo lo que les gusta sin el estrés de un horario saturado de actividades, es importante tomar en cuenta que esas actividades sean elegidas en base al gusto y habilidades de los hijos.
Primeramente, los padres de familia debemos saber que si bien es cierto, los chicos deben concentrarse en sus estudios, el hecho de consagrar todas sus energías y potencialidades a ello solamente, también les limita del placer de saberse útiles en otras áreas, lo que muchas veces provoca, ante un fracaso escolar, la incapacidad de trabajar esa frustración ya que no tiene otras fortalezas que le hagan sentirse bien y útil, entonces no se sentirá que es en lo único que puede sobresalir en la vida, y sobre todo, no lo hará sentir que es lo único valioso y por lo único valioso que se le admira.
También está por otro lado, la elección del chico en actividades en las que su capacidad y habilidades puedan ser reconocidas, y experimente la satisfacción de los logros, podremos sugerir a gusto nuestro, pero tomando en cuenta reitero, sus habilidades, probándolo quizá en varios espacios que resulten atractivos para ellos, de ese modo, será motivante e impulsará su desempeño al máximo en lo que le gusta y se sabe capaz, sin tener incluso que exigirles su cumplimiento..
De otro modo, si elegimos nosotros a nuestro gusto, aun sabiendo sus limitaciones, en vez de fortalecer su autoestima, estaremos orillándolo al fracaso y la desaprobación social y personal, lo cual será contraproducente, pues el concepto de sí mismo será pobre y poco alentador.
La autoestima no es un concepto…es acción!!...acción en todos los aspectos de su vida!!
Hasta la próxima!!
Saludos y bendiciones!!
ADRIANA OLVERA MEDINA
DICIEMBRE 2013
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