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APARTADO SOBRE TEOLOGÍA DE LA HISTORIA.

(módulo 4)

 

18.- La Historia como memoria, como don y como misterio en la Perspectiva Eucarística de Guy Bedoulle.

 

El historiador  cristiano o el teólogo concibe el tiempo como memoria para descifrar el misterio de la salvación que nos trajo Jesucristo centro de la Historia:”haced esto en memoria mía”. Si Israel interpreta su historia a partir del Éxodo, nosotros leemos y edificamos la Historia a partir de la Pascua de Cristo.

En la misa o en la Eucaristía se da la pascua actualizada, la hora de Jesús en el tiempo y en nuestro tiempo: se actualiza el centro de la Historia. Es don del Padre, su mismo Hijo, aceptado en comunión libre, para ser pan partido para los demás, y sangre derramada en la oblación del amor total para que siga teniendo sentido la Historia, desde nuestra historia de comunión con Jesús. El hombre asume esta aventura espiritual tras las huellas de Cristo. Así cada generación conoce al Hijo en las especies humano-sacramentales que están en comunión con El: la conservación e interpretación de las Escrituras exentas de fraude cuyo momento cimero y clave interpretativa es Cristo inmolado y resucitado en el  misterio de su pascua; la existencia y vinculación con el Colegio Apostólico, a través del Colegio Episcopal cuya cabeza es el Papa; y por supuesto la vida entregada en la donación total del amor.

La Historia  saboreada desde la Eucaristía,  junto al estudio paciente  del historiador, para gustar y discernir los  signos de los tiempos, que propicien la alegría de estar en camino hacia el hogar trinitario.

 

La Historia a veces se manifiesta como un rompecabezas inacabable. Aparecen multiplicidad de fragmentos. Sólo el Espíritu Santo puede concedernos la visión auténtica del sentido de la Historia, aunque parcial y en esperanza confiada, para las decisiones de nuestra generación. A este propósito Hans Urs von Balthasar señala  que “El orden del Espíritu Santo es hasta tal punto el de la libertad y el de la infinidad divina, que no se deja encerrar en las categorías de la historia y de la humanidad. Las líneas que nosotros podamos trazar…únicamente nos mostrarán algún aspecto del sentido total, que, por su misma infinidad, sigue siendo imposible de abarcar con la mirada”. (De L´integration, citado por Guy Bedoulle en Historia de la Iglesia).

 

19.-Es la historia el lugar privilegiado donde se realiza el misterio de la Salvación.

Los momentos, los tiempos, las posturas han de referirse al misterio redentor de Cristo; sólo desde Él podemos asumir el compromiso, que no es sólo de los Papas, de los obispos, de los gobernantes, de los políticos, de los intelectuales, de los empresarios y organizaciones; sino también, del paciente Pueblo de Dios y de la Providencia del mismo Dios.

La Historia en lugar de ser maestra vitae, debe ser maestra vitae eternae, como lo sugiere Bedoulle.

 

20.-Hemos de ser precavidos para no caer en la triple tentación de dar pan, conseguir la paz y el dominio de la tierra, con un corazón corrompido. Las tres tentaciones que resumen la Historia del mundo y que propone el gran Tentador pervirtiendo a la libertad al  prescindir de la Historia, de la propia condición creatural y al poner al margen  la acción divina cuya esencia es el amor fundante respecto a nosotros. Recordar el Planteamiento del Papa Benedicto XVI en su libro Jesús de Nazareth

 

21,- Más allá de la consideración de los hechos mismos,  revalorar las luces y las sombras, las repuestas a la gracia y nuestras regresiones.

 

22.-Somos corresponsables de nuestro pasado. La corresponsabilidad es responsabilidad compartida. ¿Quién es sujeto de la responsabilidad? Sólo la persona que se vivencia como interpersona, abierta a un tú, quien puede fundamentar una intersubjetividad en apertura a la comunidad-comunión en el tú divino y en el tú humano. Apertura, no a la pasividad en el mundo como quien vegeta, sino como sujeto abierto a una proactividad en el mundo, para impregnarlo del sello humano, humanizarlo. Esto comporta una presencia más allá de lo espacial;  exige una actitud traducida en actividad sentiente, intelectual y volitiva.

 

23.-Humanizar el entorno es para el cristiano-católico hacer historia desde la semilla del Evangelio, desde la Palabra y el Acontecimiento Cristo Jesús, el Evangelio del Padre y el Hijo de la Santísima Virgen María.

 

 

 

 

Pbro.   PRISCICILIANO HERNÁNDEZ CHÁVEZ C.O.R.C.

Mayo 2013

 

 

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"¿Quién, que vive en íntimo contacto con el orden más consumado y la sabiduría divina, no se sentirá estimulado a las aspiraciones más sublimes?"
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