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Papas Santos de la Iglesia No somos seres humanos con una experiencia espiritual, somos seres espirituales con una experiencia humana. Pierre Teilhard de Chardin

SAN BONIFACIO I

Papa de 418 a 422

 

Bonifacio fue elegido el 29 de diciembre de 418 cuando era un hombre ya muy grande y muy enfermo. Es absolutamente cierto que no quería aceptar el cargo. Al mismo tiempo un grupo de diáconos que estaban descontentos ya desde tiempos del papa Zósimo, eligieron a Eulalio quién se instaló en el palacio Laterano como antipapa.

 

El emperador Flavio Honorio resolvió la cuestión a favor de Bonifacio I, quien permaneció como papa legítimo. Con esta acción, la iglesia da su anuencia a la intervención de la autoridad civil en asuntos eclesiásticos.

 

Bonifacio dio su apoyo a Agustín de Hipona y los obispos africanos en su campaña contra el pelagianismo. San Agustín dedicó al papa Bonifacio la obra que escribió para responder a las críticas y envió el primer ejemplar a Roma por conducto de san Alipio. También trabajó para solucionar muchas controversias sobre disciplina eclesiástica.

Se cree que Bonifacio fue ordenado por el Papa San Dámaso I (366-384) y que fue representante del Papa San Inocencio I en Constantinopla (c. 405).

 

El pontificado de Bonifacio fue marcado por el gran celo y actividad en la organización y control de la disciplina. Revirtió la política de su predecesor, Zozimo, de dotar a ciertos obispos occidentales con poderes vicariales papales extraordinarios. Bonifacio renovó la legislación del Papa San Sotero, prohibiendo a las mujeres tocar los sagrados linos o intervenir en la quema de incienso. Hizo cumplir las leyes que prohibían a los esclavos ser clérigos.

 

Bonifacio murió el 4 de septiembre de 422.

 

 

 

SAN CELESTINO I

Papa de 422 a 432

 

Celestino Nació en Campania y se había distinguido como diácono en Roma. Fue hijo de Prisco, y ciertas fuentes lo emparentan con el emperador Valentiniano III. Durante un tiempo vivió en Milán donde conoció a San Ambrosio.

 

Elegido papa por aclamación el 10 de septiembre de 422, hizo frente a un variado número de doctrinas heréticas como el nestorianismo, el pelagianismo, el donatismo, el maniqueísmo y el novacianismo y que culminaron en los últimos días de su pontificado con la celebración del Concilio de Éfeso en 431, que supuso la condena tanto del pelagianismo como del nestorianismo. Esta última doctrina, defendida por el patriarca de Constantinopla, Nestorio, obispo d Constantinopla,  separaba las dos naturalezas de Cristo y definía a María como Khristotokos, Madre de Cristo, pero no como Theotokos, Madre de Dios.

 

Celestino, sucesor de Bonifacio I, era un hombre de mucha energía y al mismo tiempo de conmovedora liberalidad. Mientras se preocupaba por la restauración de Roma, no perdía de vista los intereses espirituales de toda la cristiandad. Defendía el derecho del Papa y de recibir apelaciones por parte de cualquier fiel, laico o clérigo, y respondía con solicitud.

Celestino escribió cartas a los obispos para corregir abusos, disipar dudas doctrinales, combatir herejías, o simplemente para prohibir a los obispos llevar el cinturón o el manto propios de los monjes.

 

En el concilio de Éfeso, Celestino estuvo representado por Cirilo de Alejandría quien defendió la unidad de las dos naturalezas de Cristo y que servirá de base en un futuro para que Eutiques elabore la doctrina que dará lugar al monofisismo.

El último acto oficial de Celestino, fue enviar a San Patricio a Irlanda, quizá sobrepasando todas las expectativas en esta acción de grandes consecuencias para el bien de la Iglesia. Hay quien afirma que este  envío fue poco probable.

Apoyó a san Germán de Auxerre en la lucha contra el pelagianismo y escribió un tratado dogmático de gran importancia contra el semipelagianismo, que era una forma mitigada de la misma herejía. De Celestino proviene la obligación de los clérigos de órdenes mayores de recitar el oficio divino.

 

"Hemos sabido que se niega la penitencia a los moribundos y no se corresponde a los deseos de quienes en la hora de su tránsito, desean socorrer a su alma con este remedio. Confesamos que nos horroriza se halle nadie de tanta impiedad que desespere de la piedad de Dios, como si no pudiera socorrer a quien a El acude en cualquier tiempo, y librar al hombre, que peligra bajo el peso de sus pecados, de aquel gravamen del que desea ser desembarazado. ¿Qué otra cosa es esto, decidme, sino añadir muerte al que muere y matar su alma con la crueldad de que no pueda ser absuelta? Cuando Dios, siempre muy dispuesto al socorro, invitando a penitencia, promete así: Al Pecador -dice-, en cualquier día en que se convirtiera, no se le imputarán sus pecados [cf. Ez. 33, 16]... Como quiera, pues, que Dios es inspector del corazón, no ha de negarse la penitencia a quien la pida en el tiempo que fuere..."  El texto anterior es parte del "Canon sobre la reconciliación in articulo mortis"

 

Los escritos existentes de Celestino, consisten en dieciséis cartas. Celestino  murió el 27 de julio de 432.

 

 

SAN SIXTO III

Papa de 432 a 440

 

Nació Sixto en el seno de la familia Colonna y pronto se convirtió en un miembro influyente en el entorno de los papas Zósimo, Bonifacio I y Celestino I a pesar de que en su juventud se sintiera atraído por las doctrinas pelagianistas, aunque parece ser que volvió a la ortodoxia gracias a su correspondencia con San Agustín.

 

Fue elegido papa a la muerte de san Celestino I, en el año 432, y ocupó la sede petrina por ocho años que fueron muy llenos de exigencias.

 

Sixto se vio envuelto casi de modo permanente en la lucha doctrinal contra los pelagianos, siendo uno de los que primeramente detectó el mal y combatió la herejía que había de condenar al papa Zósimo. De hecho, Sixto escribió dos cartas sobre este asunto enviándolas a Aurelio, obispo que condenó a Celestio en el concilio de Cartago, y a san Agustín. Se libraba en la Iglesia la gran controversia sobre la Gracia sobrenatural y su necesidad tanto para realizar buenas obras como para conseguir la salvación.

 

El Papa Sixto, aprobó las Actas del Concilio de Éfeso e intentó restaurar la paz entre Cirilio de Alejandría y Juan de Antioquía. En la controversia pelagiana Sixto frustró el intento de Julián de Eclano de ser readmitido a la comunión de la Iglesia católica. Defendió el derecho de la supremacía papal sobre Iliria en contra de los obispos locales y los designios ambiciosos de Proclo de Constantinopla.

 

 

TOMADO DE:

http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Bonifacio_I

http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=3182

https://es.wikipedia.org/wiki/Bonifacio_I

https://es.wikipedia.org/wiki/Celestino_I

http://es.catholic.net/op/articulos/36541/cat/214/celestino-i-santo.html

http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2583

http://es.catholic.net/op/articulos/32019/sixto-iii-santo.html

http://ec.aciprensa.com/wiki/Papa_San_Sixto_III

https://es.wikipedia.org/wiki/Sixto_III

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