Top

Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.

Get Adobe Flash player

 

EDITH   STEIN (1891-1942)
PENSADORA CATÓLICA

Su vida apasionante de mujer, sin duda ha marcado el talante intelectual del siglo XX. 
Nació el 12 de octubre de 1891, en la entonces ciudad de Breslau, hoy Wroclaw, Polonia después de la Segunda Guerra Mundial.  Sus padres, Sigfred y Auguste, dedicados al comercio, eran judíos. Él murió antes de que Edith cumpliera los dos años, y su madre hubo de cargar con la dirección del comercio y la educación de sus hijos. A los siete años empezó a madurar un temperamento reflexivo. Pronto se destacaría por su inteligencia y por su capacidad de estar abierta a los problemas que la rodeaban.
En plena adolescencia dejó la escuela y la religión porque no encontraba en ellas sentido para la vida. Surgen sus grandes dudas existenciales sobre el sentido de la vida del hombre en general, y se percata de la discriminación que sufre la mujer. Desde ahí inició su búsqueda, motivada por un sólo principio: "estamos en el mundo para servir a la humanidad".
Edith era una judía que perdió la fe a los catorce años (1905). Pronto se inició en la filosofía (Círculo de Gotinga) conectando con Husserl, padre de la fenomenología, que la hizo asistente de su cátedra en 1926, y también con Max Scheler y Adolf Reinach, quienes dan pinceladas cristianas a la filosofía que ofrecía Husserl. Con una personalidad marcada fuertemente por la determinación, la tenacidad, terquedad y seguridad en sí misma, recibió el título de Filosofía de la Universidad de Friburgo.
Decidió enlistarse en la Cruz Roja como enfermera durante la primera Guerra mundial. Sus palabras fueron: "ahora mi vida no me pertenece. Todas mis energías están al servicio del gran acontecimiento. Cuando termine la Guerra, si es que vivo todavía, podré pensar de nuevo en mis asuntos personales. Si los que están en las trincheras tienen que sufrir calamidades, porqué he de ser yo una privilegiada?". Ante el sufrimiento ajeno, se hace solidaria y en 1915 recibe la “medalla al valor". Otras características humanas de su carácter brillaron en ese período: su amabilidad, paz, silencio, servicio y dominio de sí misma. Todo el mundo la quería. Dios ya estaba preparando su alma para un día reinar en ella.
Edith vivía interiormente una cierta kenósis (vaciamiento de su propia voluntad para llegar a ser completamente receptiva a la voluntad divina), pues había experimentado el vacío de las aspiraciones de las ideas filosóficas. Éstas no eran capaces de llenar su alma, ni de calmar su deseo de una verdad más profunda, más completa. Reconocía que en ellas quedaban grandes vacíos y lagunas. Edith buscaba más. Edith estudió incansablemente "los fenómenos" que se iban sucediendo en su alma, se apasionó por "explicar" qué es lo que pasa sin lograrlo. Esto la llevó a tener un cansancio crónico pero que finalmente le mostró lo que es el poder de la gracia de Dios en el alma.
Ella misma escribió: "hay un estado de sosiego en Dios, de total relajación de toda actividad espiritual, en el que no se hacen planes ningunos, no se toman decisiones de ninguna clase y, sobre todo, no se actúa, sino que todo el porvenir se deja a la voluntad de Dios, se abandona uno totalmente al "destino". Edith ha descubierto la verdad y se entrega: Seré Católica".
A partir de su conversión al catolicismo inició una nueva etapa en su pensamiento filosófico. Se dedicó al intenso estudio de las obras de santo Tomás de Aquino y del beato Duns Escoto. Sin negar su primera etapa como fenomenóloga estrictamente husserliana, y tomando como base filosófica sus primeras obras filosóficas de antropología, escribió "Potenz und Akt" una primera obra de metafísica y ontología en la que dialogará con el pensamiento de Hedwig Conrad-Martius. Esta obra es un estudio profundo acerca de los primeros principios metafísicos del ser: el acto y la potencia y de qué manera se desvelan éstos en el ser humano.
Se convirtió al catolicismo en 1921 leyendo, en casa de unos amigos, a Santa Teresa de Jesús de un golpe (entre otros sucesos que le acompañan y dirigen su conversión), dió conferencias sobre la figura de la mujer, impartió clases en un colegio de dominicas en Espira. Decidió entrar en el Carmelo (en Colonia) sin dejar los estudios filosóficos impulsados por su director espiritual.
El día 1 de enero de 1922, Edith fue bautizada Católica. Añadió a su nombre el de Hedwig, en honor a su amiga quien fue instrumento en su conversión. Su bautismo fue fuente de inmensas gracias. Ella reconoció, admirablemente, que su inserción en el Cuerpo Místico de Cristo como Católica, lejos de robarle su identidad como Judía, más bien le daba cumplimiento y un sentido más profundo. Al ser Católica se sintió más Judía; encontró en Jesucristo el sentido de toda su fe y vida como Judía. Este doble aspecto, creó en Edith un corazón auténticamente reconciliador entre las dos religiones.
Edith deseaba entrar casi inmediatamente a la vida religiosa, pero el Padre que en ese momento la aconsejaba espiritualmente, reconociendo los dones extraordinarios que ella poseía, la disuadió, considerando que aún tenía mucho bien que hacer por medio de sus actividades “en el mundo”. Así, Edith empezó un periodo de apostolado fecundo y de un alcance impresionante.
En 1933, las situaciones políticas en Alemania iban empeorando. El 1 de abril de este año, el nuevo Gobierno nazi ordenó a los profesores no-arios que abandonaran “de forma espontánea”, sus profesiones. Aunque temió por la situación cada vez más precaria para los judíos, Edith y su director espiritual reconocieron que, por esta eventualidad, no hay nada que ya le impida su entrada al Carmelo, lo cual ha sido su sueño más constante durante los últimos 11 años. Y así, en el momento más fecundo de su profesión, Edith decidió escuchar y acceder a la voz de su corazón, abrazando la vida religiosa. La famosa y brillante conferencista católica renunció al mundo y voluntariamente pasa a ser parte del anonimato por tanto tiempo anhelado.
El 15 de abril de 1934, tomó el hábito carmelitano y cambió su nombre a Teresa Benedicta de la Cruz. Son muchos quienes traducen su nombre como Teresa “bendecida por la cruz”. Ella no tomó su nombre a la ligera; había entendido bien que abrazar la vida religiosa no tiene otro fin que la entrega generosa del alma en la cruz, en unión con el Crucificado, para el bien de las almas.
¿Cómo a alguien se le ocurre renunciar a la fama y al éxito de esa manera especialmente después de tanta lucha?  Ella, que hubiera sido nombrada "Filósofa del siglo XX" si no se hubiese retirado...
Ella escribió: “Mira hacia el Crucificado. Si estás unida a él, como una novia en el fiel cumplimiento de tus santos votos, es tu sangre y Su sangre preciosa las que se derraman. Unida a él, eres como el omnipresente. Con la fuerza de la Cruz, puede estar en todos los lugares de aflicción.” Y también aseguró: “Hay una vocación a sufrir con Cristo y por lo tanto a colaborar en su obra de redención. Si estamos unidos al Señor, entonces somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Todo sufrimiento llevado en unión con el Señor es un sufrimiento que da fruto porque forma parte de la gran obra de redención.”
Para su madre, los actos de Edith constituían una traición familiar que no aceptaría jamás. Su madre, que nunca había comprendido su conversión al catolicismo, sufrió un duro golpe con la nueva decisión de su hija más querida de entrar en la vida religiosa, y se negó a escuchar sus explicaciones. Edith abrazó este profundo sufrimiento que traspasó su corazón, por seguir la voluntad de Dios, costara lo que costara.
El 21 de abril de 1935, acabado el año de noviciado, hizo su primera profesión religiosa y el 21 de abril de 1938, su profesión solemne.
"Ser Finito y Eterno": en esta obra, Edith trata las preguntas más existenciales del hombre; reconoce la sed infinita que posee el hombre de conocer la verdad y de experimentar su fruto, entendido desde la realidad de lo eterno y lo trascendental. Y así buscaba unir las dos fuentes que conducen al hombre al conocimiento de sí mismo y de la verdad: la fe y la filosofía.
 Fue trasladada, al Convento Carmelita de Echt, Holanda, junto con su hermana Rosa, quien, después de la muerte de la mamá, se había convertido al Catolicismo como Edith y era una hermana lega de la comunidad.
En 1941, su última y más ilustre obra: "La Ciencia de la Cruz". Hecha por obediencia a sus superiores, más que una obra intelectual, es el fruto de su propio camino interior de inmolación y victimazgo en imitación al Cordero Inmolado. Teresa Benedicta de la Cruz deseó con todo su ser, dar respuesta a la vocación de la entrega total, hasta la Cruz. Entregó su propia vida a favor de los pecadores, y por la liberación de su pueblo, de la situación tan horrenda que vivían bajo los nazis. El estar detrás de las puertas del Carmelo no ha acallado las voces del sufrimiento de su pueblo, ni del horror de la guerra. La Hermana Teresa estaba profundamente preocupada por la situación del pueblo judío en general, y vio en su entrega sacrificial la oportunidad de responder. Este deseo creciente del ofrecimiento de sí misma como víctima por su pueblo, por la conversión de Alemania y por la paz en el mundo, se hizo cada vez más vivo
En agosto de 1942 los nazis entran en un convento de carmelitas en Holanda donde estaba refugiada Edith junto con su hermana Rosa, que era la portera del convento y que se convirtió al catolicismo cuando murió la madre de ambas. Se llevaron a las hermanas del convento por ser de raza judía. Sin saber hacia dónde la dirigían, Edith aceptó la voluntad de Dios con ánimo fuerte y con alegría. El tren que las conducía tenía una meta: Auschwitz. Muerió mártir el 9 de agosto de ese año en las cámaras de gas.  La vida de Edith estuvo marcada por un encuentro constante, antes y después de su conversión, con la Cruz. Está como bendecida por la Cruz del Señor. Por eso decide ponerse el nombre de Sor Teresa Benedicta de la Cruz.

Ella escribió: “Yo hablaba (en una ocasión) con el Salvador y le decía que sabía que era su Cruz la que ahora había sido puesta sobre el pueblo judío. La mayoría no lo comprendían; mas aquellos que lo sabían, deberían echarla de buena gana sobre sí en nombre de todos. Al terminar el retiro, tenía la más firme persuasión de que había sido oída por el Señor. Pero dónde había de llevarme la Cruz, aún era desconocido para mí.”
La Hermana Teresa hizo una petición por escrito a su Priora, pidiendo permiso para ofrecerse como víctima: “Querida Madre, permítame Vuestra Reverencia, el ofrecerme en holocausto al Corazón de Jesús para pedir la verdadera paz: que la potencia del Anticristo desaparezca sin necesidad de una nueva guerra mundial y que pueda ser instaurado un orden nuevo. Yo quiero hacerlo hoy porque ya es medianoche. Sé que no soy nada, pero Jesús lo quiere, y Él llamará aún a muchos más en estos días.”
El telegrama que Edith había enviado a la Priora de Echt antes de ser llevada a Auschwitz, contenía esta declaración: "No se puede adquirir la ciencia de la Cruz más que sufriendo verdaderamente el peso de la cruz.  Desde el primer instante he tenido la convicción íntima de ello y me he dicho desde el fondo de mi corazón: Salve, OH Cruz, mi única esperanza".
En 1962 se inició su proceso de beatificación. Teresa Benedicta de la Cruz, considerada por el catolicismo mujer hija de Israel, Mártir por la fe en Cristo y Víctima del exterminio judío, fue beatificada por Juan Pablo II en Colonia, el 1 de mayo de 1987. Asimismo el Papa Juan Pablo II canonizó a la judía, filósofa, monja, mártir y beata, Teresa Benedicta de la Cruz de la Orden del Carmelo Descalzo, el 11 de octubre de 1998 en la Basílica de San Pedro en Roma. Fue también este Papa quien la declaró co-patrona de Europa el 12 de julio de 1999, en el marco de la apertura del Sínodo de Europa.
Sus obras fueron muy relevantes:  Su tesis de doctorado como "Sobre el problema de la Empatía".  Luego vienen los escritos "Causalidad Sentiente" e "Individuo y Comunidad". Conviene  resaltar su obra "Introducción a la Filosofía".  "La estructura de la persona humana", es un curso que ella impartió.  Posteriormente escribió "Ser Finito y Ser eterno"), su obra magna.

 

CONDENSADO DE
 http://arvo.net/biografias/camino-a-auschwitz-edith-stei/gmx-niv430-con11149.htm
http://www.corazones.org/santos/edith_stein.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Edith_Stein



 

Content on this page requires a newer version of Adobe Flash Player.

Get Adobe Flash player

Top