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TEOLOGÍA

CONSTRUIR LA CIVILIZACIÓN DEL AMOR
DESDE EL ACONTECIMIENTO GUADALUPANO

«Antes de juzgar a una persona, camina tres lunas en sus mocasines» (Proverbio sioux)

 

El  impacto de los medios de comunicación social rebasa todas las previsiones del pasado: libre comunicación de  las ideas, información a toneladas, comunicación de masas, alcance universal y casi simultáneo de noticias. Ante los hechos que se suceden día con día o los particularmente singulares recibimos continuamente mensajes, opiniones, teorías, hipótesis, conclusiones, con el grave riesgo de ser manipulados o de quedarnos con la beatífica idea de estar bien informados; pero curiosamente menos sabedores de contenidos y verdades necesarias absolutamente para ser plenamente humanos e hijos de Dios. Se ahorra el esfuerzo de pensar, de buscar y de encontrar, porque se utilizan técnicas persuasivas de «mercado». Es más fácil copiar un estilo de moda que asumir y ejercer nuestra condición de seres racionales. Se generaliza la opinión, la duda ola ignorancia informada, se abona el terreno al relativismo y a la disgregación.
Contemplar la verdad de salvación, contrastarla con la conjugación de egoísmos y actuar en consecuencia para construir la Civilización del Amor, de la Vida y de la Familia, son nuestros desafíos del presente: que se inculture el Evangelio, que trabajemos por la promoción humana en la línea del compartir y que seamos evangelizados y evangelizadores de nuestro propio entorno.
De ahí la importancia de acudir al centro y al núcleo de nuestra identidad como nación, desde el acontecimiento de Guadalupe- Tonantzin, para no sólo estar informados, sino para percibir el Amor de Dios derramado por la Flor y Canto del Tepeyac, Santa María de Guadalupe, para entenderlo, reflexionarlo, hacerlo nuestro: pensamiento de nuestro pensamiento, afecto de nuestro afecto y compromiso de compromisos, aliento de nuestro corazón.

El acontecimiento guadalupano exige un tratamiento pluridisciplinar. No basta ser estudiado bajo la misma óptica y bajo la misma metodología, pues su naturaleza es plural e implica un abanico de posibilidades: desde el universo cultural náhuatl del ayer hasta nuestro mundo cultural contemporáneo; desde la sabiduría filosófica eminentemente sinóptica y plástica de los mexicas hasta la más sublime teología que abreva en el manantial de la Revelación degustada por la opción cristiana y católica; de la ciencia histórica más exigente hasta nuestra ciencia tecnológica más avanzada.  Corre a la par nuestro discurso más frío con los latidos tiernos y apasionados de nuestro corazón; del análisis desmenuzante hasta la visión sintética que invita a la contemplación; de las partes al todo y del todo a las partes.

Por eso es necesario englobar el amor y el conocimiento para ser capaces de asumir nuestra verdad; estar potenciados para afrontar los retos frente a nuestro quehacer histórico desde Dios, el «Dador de la Vida», el Dios de nuestra fe, quien en nuestra tierra nos ofrece el gozo del misterio permanente de su amor a través del misterio de amor tierno y delicado de nuestra Madre, «Hogar-Hoguera» de nuestra verdad. Esa verdad que es la primera y la absolutamente última por la cual podemos construir en nuestro mundo la Civilización del Amor, la única civilización digna de tal nombre, cuyo fin desafía los tiempos y los espacios y se ofrece como el alma de las culturas regionales o de aquella que se perfila como la más planetaria; civilización con sus usos y costumbres, leyes y estructuras, con su cultura material y espiritual; toda transida de amor; nuestra utopía cristiana, asequible a todo hombre de buena voluntad desde nuestro «calmécac-Uníversidad», Santa María de Guadalupe. Civilización que apunta a la eternidad: ahí viviremos el «misterio de comunión», verdadera cima del «Hogar-Hoguera» de nuestra verdad, gozo último, amor escatológico, don de Dios que estará todo en el todo de todos los que aceptaron el ejemplo de la Virgen del «hágase».
Vale la pena seguir este camino, libre de prejuicios: antes de juzgar a una persona, y añadiríamos a un acontecimiento significativo de nuestra nación que pervive en el corazón de los muchos, camina tres lunas en sus mocasines, camina con Santa María de Guadalupe que está en Meztli-Xico, México, el ombligo de la luna.

 

PBRO. PRISCILIANO HERNÁNDEZ CHÁVEZ, CORC.
RECTOR DEL TEMPLO EXPIATORIO DEL S.C. DE QRO.
DICIEMBRE  2014



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