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(8) LA FAMILIA

ALGUNAS CONDUCTAS DE LOS HIJOS

Algunas conductas de los hijos, son mensajes dirigidos y aprendidos de los papás.
Todos los padres de familia, a lo largo de nuestra etapa de crianza de hijos, nos hemos enfrentado más de alguna vez a conductas que presentan nuestros hijos, y muchas de ellas, no comprendemos.
Buscamos incansablemente respuestas a tales conductas, pues lo que hacen es tan incomprensible, a grado tal de enfrentarnos a situaciones que están muy lejanas a todo lo que les hemos enseñado,  los hábitos , los valores y los principios que transmitimos desde su muy temprana edad.
Ciertamente, mucho de nuestra forma de pensar se ve reflejado invariablemente en las acciones que ejecutamos, sino es, además, caemos frecuentemente  en incongruencias que resultan peor aún que una forma de ser determinante.
Sin embargo, pocas veces nos detenemos a reflexionar si muchas de las cosas que hacen nuestros hijos es consecuencia de nuestros actos, a alguna conducta nuestra que está siendo difícil de aceptar para ellos o de adaptarse, lo que da como resultado  y solución que damos a esas conductas, se ve a través de la ejecución de correctivos, que es lo más normal y recurrente en estos casos, muchos de ellos, severos y poco conscientes, y no conformes con castigarlos, solemos de inmediato, poner etiquetas y apodos con que los identificamos,  no solo en nuestro entorno familiar, sino fuera de él, encasillándolos así de manera a veces permanente, a grado tal, que los chicos acaban creyendo irremediablemente que son lo que les decimos que son, y lo más lamentable, dichos apodos y etiquetas suelen acompañarles por el resto de su vida, de una manera por demás cruel y limitante, que resulta ser el peor enemigo para que desarrollen la autoestima, pues los inhabilita e incapacita en muchas etapas y circunstancias de su vida.
Peor aún, si a eso le sumamos, que como padres, no frenamos nuestras reacciones de ira y coraje y respondemos con violencia, ante cualquier situación familiar, no necesariamente física, pero si verbal, solo profiriendo una serie de maledicencias ante cualquier eventualidad e incluso para corregirles, no nos extrañe que los chicos se expresen de igual manera hacia las autoridades escolares, sus compañeros o incluso  sus hermanos y sus padres, actuando por consiguiente con rebeldía excesiva a la autoridad, incluso sin motivo alguno.
Es conveniente que nos demos el espacio necesario para descubrir los mensajes  ocultos que los chicos nos transmiten a través de esas conductas.
Seguramente es la única forma de que ellos disponen para hacernos saber algo que les inquieta y preocupa, incluso que les perturba de manera alarmante, que no les permite actuar como regularmente se espera de ellos.
En muchas ocasiones, no es signo de un mal comportamiento como tal, sino la búsqueda desesperada por manifestar una terrible situación que les inquieta, desequilibra y   que no está en sus manos resolver, incluso, puede ser signo de la gran desilusión que experimentan al  sentir la indiferencia de sus padres a las crisis emocionales, físicas y psicológicas que enfrentan los chicos en las diversas etapas de su desarrollo y que a pesar de,  parecer que quieren estar lo más distantes posible de ellos, esas reacciones son su único recurso de demandar la gran necesidad de escucha, de respuesta, atención y disciplina, que son y serán por siempre, parte fundamental de su desarrollo integral, de su sentido de pertenencia y de la gran necesidad de sentirse seguros,  apoyados y sobre todo AMADOS!.
Vale la pena, invertir gran parte de nuestro tiempo en observar detenidamente las actitudes, respuestas, actividades y acciones de nuestros hijos, sobre todo de aquellas que se contraponen a la forma en que han sido educados y de cómo esperamos que respondan a las expectativas que de ellos nos formamos, sin duda nos sorprenderá descubrir que muchas de esas conductas son el grito desesperado a una situación que les está preocupando y perjudicando, incluso de manera tal que puedan incluso optar por intentar otras medidas de alto riesgo para captar nuestra atención.
Nuestra intervención oportuna nos permitirá interpretar acertadamente el mensaje contenido en una determinada conducta, a quién o quienes va dirigido y lo más importante, dar respuesta y solución oportuna, eficaz y satisfactoria a eso que tanto nos preocupa pero que sin duda, bien manejado, no solo nos abrirá un rico canal de comunicación con nuestros hijos, sino un estrecho lazo de confianza y de seguridad que sin duda se verá reflejado en su entorno familiar, social y escolar, pues se sentirán aceptados y amados.
   

ADRIANA OLVERA MEDINA

ABRIL 2013


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