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APARTADO SOBRE TEOLOGÍA DE LA HISTORIA.

(módulo 2)

 

11.-Aproximación a la importancia de la  Historia.

Los antiguos mexicas, quienes peregrinan en el espacio y en el tiempo, tienen una conciencia histórica fuerte y profunda, porque sólo ella les va a dar identidad dentro de su mentalidad icónica-plástica - mítica; reciben su nuevo rostro-corazón en Meztli- xico (en el ombligo de la luna, centro del universo). El teoyaoyotl-la guerra sagrada es vida y destino de los mexicas, para conservar el equilibrio del universo o el quinto sol. Ixcóatl mandó pintar códices para que su pueblo pudiera conocer en la historia el papel que les corresponde en el concierto de las naciones de su tiempo y entorno. Nos es conocida la grandeza proverbial de México-Tenochtitlán. Por supuesto el hecho de hacer su historia es muy singular, por su modo de filosofar contemplativo-mítico, inmersos en el yaoyotl cósmico, la guerra de oposicionalidad creadora de los diversos elementos del universo, expresión del ser dual de Ometéotl ,  de factura  monista.  Viktor E. Frankl –el creador de la logoterapia y de la Tercera Escuela Psiquiátrica de Viena-, da la razón a Ixcóatl ,  ante la pérdida de la identidad del sentido de la vida o ante el vacío existencial propiciado y agravado hoy por la pérdida de la tradición y del sentido histórico.

 

12.- La Historia es una ciencia que asienta hechos singulares, sus explicaciones e implicaciones en el cuadrante espacio-temporal del ser humano.

Para hacer Historia se han de tomar en cuenta nuestra propia experiencia histórica, el entender y un juzgar históricos, para evitar extremos en el quehacer histórico: pretender que la Historia sea una ciencia exacta como las matemáticas o la física, según pretensiones racionalistas o las posturas del materialismo histórico, tan opuestos en sus equinas de razón a materia y tan esencialmente idénticos en sus determinismos hegelianos como “objetivación del espíritu en el mundo o como proceso inexorable de las leyes históricas en clave materialista. No se le concede al ser humano cierta pauta de libertad, ni capacidad de decisión. Por el contrario, pensar que somos tan distintos como si fuéramos de distintas especies, hasta el extremo sartriano del en sí y para sí mismo absolutos, de modo que no quede lugar para la comunicación de experiencias. Los extremos existen en las subjetividades, no en la realidad; de aquí la fuente de los totalitarismos políticos  o culturales que leen la Historia desde su sistema, convirtiéndola en fuente de mitos desde el poder, en el sentido de Ernst Cassirer.

La Historia utiliza datos que han de ser precisos, como tiempos, lugares, personajes, etc., pero no se puede quedar anclada ahí. Como ciencia del espíritu, según la aportación de Dilthey, ha de pasar a los significados.

 

13.-A nivel de fe, ubicamos la Historia en su sentido teológico, como Historia de la Salvación: cómo se inicia, se conoce y se desarrolla  el designio de salvación que involucra a todos las naciones, y en nuestro caso, a nuestra Nación.

 

14.-A nivel científico, el historiador ha de allegarse documentos, descubrir vestigios y monumentos,  evaluarlos en una dimensión sanamente critica e interpretarlos en lo posible, desde su sitz im leben, su contexto vital, desde su diacrónica y sincrónica situación vital.

 

15.- Son inaceptables los anacronismos ingenuos; es verdad que no podemos desligarnos de nuestro presente; por eso lo tenemos que hacer con competencia, abiertos a la totalidad del contexto histórico: el pasado en organicidad significativa y su proyectiva futura.

 

16.-La Historia necesita no sólo documentos fidedignos, sino testigos fidedignos, de aquellos que han visto y han oído, de aquellos que son su protagonistas, de modo que se pueda llegar mediante la historia dicta o la historia narrada por los historiadores a la historia real o historia gesta como lo entendieron los Romanos.

 

 

 

Pbro.   PRISCILIANO HERNÁNDEZ CHÁVEZ C.O.R.C.

Marzo 2013

 

 

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